Dirección: Kevin Macdonald. Países: USA y Reino Unido. Año: 2009. Duración: 132 min. Género: Thriller político. Interpretación: Russell Crowe, Ben Affleck, Helen Mirren, Rachel McAdams, Viola Davis, Jason Bateman, Robin Wright Penn, Jeff Daniels, Michael Berresse, Harry Lennix. Guión: Matthew Michael Carnahan, Tony Gilroy y Billy Ray. Producción: Andrew Hauptman, Tim Bevan y Eric Fellner. Música: Alex Heffes. Fotografía: Rodrigo Prieto. Montaje: Justine Wright. Diseño de producción: Mark Friedberg. Vestuario: Jacqueline West. Estreno en España: 17 Abril 2009. |
SINOPSIS
El apuesto e imperturbable congresista Stephen Collins representa el futuro de su partido: debido a su honradez, ha sido elegido presidente del comité que supervisa los gastos de Defensa. Todos esperan que esta estrella en auge represente a su partido en la próxima carrera hacia la presidencia. Hasta que alguien asesina brutalmente a su ayudante/amante y los secretos se escapan de su escondite. Un viejo amigo de Collins investigará el caso. Mientras sigue la pista del asesino con la ayuda de su compañera Della descubre una tapadera que amenaza con hacer temblar las estructuras del poder de la nación. En una ciudad de relaciones públicas, asesores y ricos políticos, aprenderá una verdad innegable: cuando miles de millones están en juego, la integridad, el amor y la vida de cualquiera están en peligro.
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín, La Gaceta]
Formado en el ámbito de los reportajes periodísticos y cinematográficos, el escocés Kevin MacDonald ganó el Oscar al mejor documental en 2000 por Un día de septiembre. Tres años después, triunfó con Tocando el vacío, el documental británico más taquillero hasta la fecha. Finalmente, debutó en la ficción en 2006 con El último rey de Escocia, intensa biografía de Idi Amin, que le valió a Forrest Whitaker el Oscar y el Bafta al mejor actor. Ahora, MacDonald consolida su estilo en La sombra del poder, una vibrante intriga política, muy bien escrita, dirigida e interpretada.
Inspirado en la miniserie homónima de la BBC —creada en 2003 por Paul Abbott—, el guión sigue los pasos de Cal McAffrey, un veterano periodista del Washington Globe, con carisma y olfato para las primicias. Mientras investiga el asesinato en la calle de un mendigo, Cal descubre relaciones entre ese caso y la extraña muerte de la joven investigadora principal de una comisión del Congreso para supervisar los gastos de Defensa. Precisamente, el impulsor de esa comisión es un amigo de la universidad de Cal: el joven y prestigioso congresista Stephen Collins. La búsqueda de la verdad por parte de Cal y su equipo destapará todo tipo de oscuros secretos.
La película recuerda para bien a Todos los hombres del presidente, de Alan J. Pakula; y, al igual que ese clásico, hace una decidida apología de la deontología periodística y política, al tiempo que denuncia las tentaciones del poder y el dinero, capaces de sacrificar vidas humanas en sus altares. Quizá el antimilitarismo del filme resulta un poco enfático, lleva a algún personaje al borde de la caricatura y extrema demasiado el desenlace. Pero, en general, el guión dibuja una atractiva galería de personajes, y les crea unos diálogos jugosos e inteligentes, que facilitan el lucimiento del excelente reparto. Además, McDonald lo traduce con una arrolladora potencia visual, cuya cercanía con la acción confirma su amplia experiencia como documentalista.
Dos asesinatos producidos en los barrios bajos de Washington DC empiezan a relacionarse con el joven congresista Stephen Collins, que está dirigiendo el Comité que controla los gatos de Defensa. La muerte de su joven ayudante hace saltar la liebre de un tejido lleno de confictos de intereses, en especial para el veterano periodista Cal McAffrey, amigo íntimo de la joven promesa de la política. Su investigación, junto a una joven compañera más experta en periodismo digital, puede ser la clave para resolver algo que afecta a la política, a la prensa y las grandes corporaciones de armamento.
El director de “El último rey de Escocia” y guionistas labrados en films similares o de género como “Leones por corderos”, “Michel Clayton”, la saga Bourne o “Plan de vuelo: desaparecida” han conseguido una más que aceptable adaptación de una miniserie televisiva. En mayo de 2003, la BBC estrenó una ficción de gran éxito sobre dos amigos encumbrados en dos ámbitos encontrados de la esfera profesional, en medio de una trama de corrupción y manipulación.
Su paso a la gran pantalla se ha hecho con acierto en su traslado a la capital política del mundo, de Londres a Washington. Aunque el guión tiene algún cabo suelto –quizá por querer abarcar tanto argumento como la miniserie o por descuidar alguna información que debería darse con anterioridad-, lo cierto es que la película es un thriller bien hecho. Tiene calidad y textura, como todo buen thriller político-periodístico. Ofrece una historia en la que fluyen conflictos actuales, sin profundizar en exceso pero sin caer en el morbo. El ritmo fluye con naturalidad y sin pausa. Y la mayor parte del casting –excepto un Ben Affleck que sigue igual de anodino que siempre- hace una labor más que convincente. Unos minutos de ese entretenimiento que implica la inteligencia del espectador, y que hace que pasen volando.
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