James Donovan (Tom Hanks), un abogado de Brooklyn (Nueva York) se ve inesperadamente involucrado en la Guerra Fría entre su país y la URSS cuando la mismísima CIA le encarga una difícil misión: negociar la liberación de un piloto estadounidense (Austin Stowell) capturado por la Unión Soviética.
SINOPSIS
James Donovan, un abogado de Brooklyn (Nueva York) se ve inesperadamente involucrado en la Guerra Fría entre su país y la URSS cuando la mismísima CIA le encarga una difícil misión: negociar la liberación de un piloto estadounidense capturado por la Unión Soviética.
¡Debate esta película en nuestros foros!
CRÍTICAS
[Ramón Ramos. Colaborador de Cinemanet]
Un hombre firme
A finales de los años 50, en plena Guerra Fría con la construcción del Muro en Berlín y la paranoia anti soviética en la sociedad estadounidense, un abogado de seguros norteamericano recibe el encargo de defender a un espía ruso que ha sido detenido por el FBI. Más tarde es designado para negociar el canje de este espía por un preso americano que ha caído en manos de los rusos.
Basada en hechos reales, El puente de los espías nos trae a Steven Spielberg y a Tom Hanks colaborando nuevamente y dando lo mejor de sí mismos. El film goza de un ritmo narrativo constante que sin estridencias ni juegos malabares mantiene el interés en todo momento, soportado por agudos diálogos, golpes de humor eficaces y bien dosificados, magníficos intérpretes, espléndida fotografía a cargo de Janusz Kaminski, y adecuada banda sonora de Thomas Newman, la primera vez que Spielberg prescinde de su inseparable John Williams. Newman cuenta en su haber con un interesante curriculum. Suyas son las partituras de las dos últimas de 007, Skyfall y Spectre, así como Al encuentro de Mr. Banks, Wall-E, o La Dama de Hierro, por citar algunos ejemplos.
Hanks está estupendo, pero desde luego si hay alguien que sorprende y destaca en el elenco, es Mark Rylance en el papel del espía ruso detenido. Veo muy factible que pudiera llevarse el Oscar a mejor Actor Secundario.
La trama versa sobre las intrigas de espías, los intereses de unos y de otros, las negociaciones, las desconfianzas, pero realmente la película trasciende más allá de la mera historia, gracias a la autenticidad que rezuman unos personajes de gran hondura dramática. Así pues el abogado protagonista se perfila como un hombre íntegro, recto, firme, que está dispuesto a ir contra viento y marea por defender lo que él considera justo sin atenerse a intereses políticos o sociales. Le importan las personas por encima de ideologías y nacionalidades. Hombre de férreas convicciones que no se amilana ante nadie a la hora de defenderlas. Así mismo la relación que entabla con su defendido es muy interesante desde un punto de vista antropológico.
Spielberg da una de cal y otra de arena. Si el personaje de Tom Hanks encarna a un americano portador de grandes cualidades humanas, también nos muestra la otra cara de la moneda en la piel de un agente de la CIA. Además hace un retrato nada complaciente de la sociedad americana de la época. El miedo hace cobarde a la gente y la vuelve irracional. Esa mediocridad del ciudadano medio americano en un ambiente social emponzoñado por prejuicios sin fundamento, se muestra sin tapujos.
Hace unos meses escribí un artículo a propósito del rodaje de esta película. Se antojaba apetecible y la verdad es que no ha defraudado. Spielberg vuelve a demostrar su maestría tras las cámaras con una historia real, en un momento histórico de gran relevancia, como es el levantamiento del Muro de Berlín, y lo hace con personajes de calado, con una espléndida dirección de actores así como con unos magníficos encuadres fruto de su virtuosismo y veteranía tras las cámaras.
[Sara Ariño. Colaboradora de Cinemanet]
Tras la excelente, aunque poco reconocida Lincoln, vuelve Steven Spielberg para recordarnos que es uno de los mejores directores del mundo, por si algún despistado lo había olvidado. Basándose en un robusto y modélico guion de Matt Charman y los hermanos Coen, que aportan su inconfundible toque de humor – esas triquiñuelas de abogado de seguros aplicadas a negociaciones con el enemigo, esa peculiar familia del espía –, consigue el efecto mágico de las grandes películas: que el espectador se sumerja completamente en una película de largo metraje (¡nada menos que casi 2 horas y media!) y que se olvide de todo lo demás durante ese tiempo.
El argumento está basado en hechos reales, aunque ya nos advierten desde el principio de que están dramatizados, es decir, convenientemente adaptados de manera que el espectador pueda disfrutar de una gran historia. Se trata de un episodio de la guerra fría, situado en 1957, en torno a un espía ruso pillado en suelo americano (impasible Mark Rylance) y el abogado que, a regañadientes, se ve obligado a defenderlo (portentoso Tom Hanks), convirtiéndose, a su pesar, en el hombre más odiado de América. A partir de ahí, lo que en principio parece una película de tribunales acaba derivando en una de aventuras, en una peripecia que te atrapa desde el principio, te mantiene en vilo sin decaer en ningún momento y – muy importante – sin que pierdas el hilo argumental, para desembocar finalmente en el clímax de un desenlace sólo al alcance de un director privilegiado.
Si añadimos a ello todo el lujo de producción que el cine americano sabe dar: grandes decorados, excelente ambientación histórica, fabulosa fotografía, perfectos actores de reparto, nos encontramos, una vez más, con un extraordinario ejemplo de lo que el mejor Hollywood sabe hacer.
En el capítulo de los valores, destacar la enteraza, probidad y valentía del abogado encarnado por Hanks, portador de los valores de justicia y respeto a las libertades individuales que no deben olvidarse ni en los periodos más difíciles por los que pueda atravesar una nación.
En resumen, una película que aúna una extraordinaria calidad y una gran capacidad de entretenimiento. De verdad: no se la pierdan.
¡Debate esta película en nuestros foros!