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Se trata de una comedia negra de intriga protagonizada por un extraordinario Brendan Gleeson (ganador del Premio al Mejor Actor en el Festival de Valladolid), que guarda cierto parecido con John Wayne. El sargento, Gerry Boyle, es un policía aficionado al alcohol, a las drogas y a las prostitutas, cuyos métodos para hacer cumplir la ley dejan mucho que desear, que se encuentra ante el caso de su vida, pues tendrá que investigar un crimen de corte mafioso con el agente del FBI (Don Cheadle) con el que tendrá dificultades para entenderse por su pensamiento racista, ya que este hombre es de raza negra, y por tratarse de un hombre ejemplar opuesto a él.

Fuí a ver esta película ese típico día que ni miras la cartelera te apetece ir al cine y te plantas allí para ver qué hay. La verdad es que la elegio un familiar con el que iba y bueno para mi fué una película de las que miras un fin de semana la cartelera y no tiene mucho que aportarte. Una película algo insustancial y con un tema un poquito antiguo como es que alguien sea así con respecto a gente de otra raza. Se que esas cosas siguen pasando pero creo que es un tema muy usado para utilizarlo de una manera tan simple como lo hizo el director en este película. Pues eso un cinquillo raspado.