Sin duda. Me declaro admirador paroxístico de Woody Allen, y esta última "Match Point", pese a ser tan tributaria de otras producciones suyas, tiene un guión de una brillantez tal, de tanta agudeza, fruto de una labor de esmero y cuidado tan orfebrística... que es imposible que se hubiera hecho con la estatuilla.
Si este hilo da suficientemente de sí, me enredaré en él y os tejeré mi conato de teoría sobre la valoración que me merece el sistema académico de Hollywood y toda la mandanga de los óscares. Por ahora me quedaré en lo referente a Woody Allen.
Lejos de mí el poner en duda la inteligencia de los miembros de la Academia que premian y castigan las películas candidatas a las diversas categorías. Sin embargo, no puedo tampoco obviar un hecho indiscutible -creo-: el europeísmo de Woody Allen se hace, de alguna manera, incomprensible ante el ojo del norteamericano medio, académico o no. Su relación con la cultura griega o los clásicos rusos, tan frecuentemente plasmada en sus producciones -¿siempre?-, resultan tan ajenos al mundillo interior anglosajón como a mí la historia de la historia de los colonos y del Día de Acción de Gracias. Y eso tiene que traducirse en las votaciones.
Es síntoma y a la vez patología de lo que acabo de exponer que Woody Allen sólo tenga, que yo cuente, con tres Oscars en su haber: dos mejores guiones originales -por "Hannah y sus hermanas" y por "Annie Hall"-, y un mejor director por Annie Hall, y sin embargo, que haya sido tantísimas veces candidato -tirando de google, parece ser que dieciocho veces más además de las tres ocasiones ganadoras-. Me parece que no se acaba de entender su cine allí.
¿Cómo si no se explica que "Zelig" pasara tan absolutamente inadvertida?
