Pese a que el tema de la enfermedad siempre resulta duro, la película es muy agradable de ver. La mirada de los niños a las grandes preguntas existenciales y a la propia vida son tan oxigenantes como esperanzadoras, y el recurso a un sentido del humor elegante y preciso hace realmente pasar muy buen rato, aún cuando además de reir también se llore en algunos momentos de la película.
No sólo plantea un montón de interrogantes que harán pensar al espectador sino que también hace un elogio a la familia ya que es en ese ámbito donde se desarrollan los acontecimientos, y cómo en ella se pueden superar las dificultades apoyándose unos a otros.
En definitiva, me parece una película de lo más recomendable...en la que los actores están que se salen

Crítica en CinemaNet: Vivir para Siempre
