the road( la carretera)
Publicado: Jue Feb 11, 2010 8:32 pm
Mientras nos sustenta la rama de la felicidad y la comodidad burguesa europea, el mundo real se está edificando sobre cementerios forestales, violencia gratuita, postales de poblados tercermundistas exterminados y ciudades abocadas al modus vivendi de los sicarios. Esta realidad no dista mucho del futuro apocalíptico que nos plantean.
“La carretera” no es una versión modernizada de la modesta y entretenida “Mad Max”.No es un caramelo elaborado por “la fábrica de los sueños” para los paladares engullidores de palomitas. Es una historia dura, triste, desalentadora pero al mismo tiempo esperanzadora en su mensaje final.
El filme muestra con crudeza los límites éticos que el ser humano sobrepasa al verse inmerso en un mundo devastado, donde la vida del hombre vale igual que un trozo de carne. Por otra parte, muestra la emotiva historia de amor y sacrificio de un padre hacía su hijo, mientras le enseña las difíciles lecciones de la vida que debe aprender cuando él no esté a su lado, en la jungla salvaje de asfalto. El antídoto para no sucumbir ante actos caníbales y vejatorios hacía el prójimo reside en el fuego. El autor insiste en utilizar la metáfora del fuego como el símbolo de lucha contra la oscuridad del irracional comportamiento humano.
A lo largo de dos horas, sentimos el frío, la humedad y la suciedad que se deposita en el aire cenizo que respiran los dos personajes protagonistas. La fotografía del español Javier Aguirresarobe, “Los Otros”, es deprimente y sucia, ayuda al impecable conjunto técnico. El guionista ha respetado el espíritu de la novela y su trama, sin embargo, ciertos pasajes donde transcurrían luchas y persecuciones han sido reducidas. Esto provoca una falta de ritmo y una tentación para caer en los brazos de Morfeo hacia la mitad del metraje.
“La carretera” no es una versión modernizada de la modesta y entretenida “Mad Max”.No es un caramelo elaborado por “la fábrica de los sueños” para los paladares engullidores de palomitas. Es una historia dura, triste, desalentadora pero al mismo tiempo esperanzadora en su mensaje final.
El filme muestra con crudeza los límites éticos que el ser humano sobrepasa al verse inmerso en un mundo devastado, donde la vida del hombre vale igual que un trozo de carne. Por otra parte, muestra la emotiva historia de amor y sacrificio de un padre hacía su hijo, mientras le enseña las difíciles lecciones de la vida que debe aprender cuando él no esté a su lado, en la jungla salvaje de asfalto. El antídoto para no sucumbir ante actos caníbales y vejatorios hacía el prójimo reside en el fuego. El autor insiste en utilizar la metáfora del fuego como el símbolo de lucha contra la oscuridad del irracional comportamiento humano.
A lo largo de dos horas, sentimos el frío, la humedad y la suciedad que se deposita en el aire cenizo que respiran los dos personajes protagonistas. La fotografía del español Javier Aguirresarobe, “Los Otros”, es deprimente y sucia, ayuda al impecable conjunto técnico. El guionista ha respetado el espíritu de la novela y su trama, sin embargo, ciertos pasajes donde transcurrían luchas y persecuciones han sido reducidas. Esto provoca una falta de ritmo y una tentación para caer en los brazos de Morfeo hacia la mitad del metraje.