
He de reconocer que me encanta Mel Gibson, si no fuera por eso seguramente no habría visto esta película, ya que el género bélico no me suele gustar. Sin embargo ésta sí me ha gustado. Plantea temas tan importantes como las relaciones familiares, la preocupación por los compañeros, por las amigas, el horror que supone la guerra pero la necesidad para los militares de cumplir las órdenes…
Las secuencias en que se ve a los soldados con sus familias son tiernas y se hacen muy reales. No presenta familias desestructuradas, sino todo lo contrario: matrimonios que se llevan bien y comparten sus temores e ilusiones. Los toques de humor se agradecen. Y el ver personas creyentes que rezan en su vida diaria también.
Las escenas de guerra, que son las más, reflejan la crueldad y violencia que supone el combate. Me llamó mucho la atención que la sangre salpica el objetivo de la cámara…como queriendo hacernos partícipes del horror. En otros momentos el sonido de la batalla enmudece, sólo quedan las imágenes con la banda sonora como fondo…
Creo que es una buena película. Te hace reír, llorar y sentir el desastre de la guerra. Y también invita a reflexionar que los soldados, tanto de un bando como de otro, son personas, con una historia una familia y una vida…