Coriolanus

[Belvís]

Nueva adaptación de una obra de Shakespeare que acaba de llegar a la gran pantalla de la mano de Ralph Fiennes.

Los diálogos se mantienen fieles a la época pero la ambientación es la de la guerra de los Balcanes. El conjunto resulta algo confuso, aunque interesante. A mí personalmente, me costó un poco meterme en la historia...y captar las ideas intemporales que como todas las obras de Shakespeare plantea.

Lo que más claro ví fue lo fácil que es manipular a la gente, podría ser actual, de hoy mismo...según acaban de aclamar a Coriolanus, viene otro, ávido de poder, y les convence de todo lo contrario. Ambición, poder y manipulación...de asombrosa actualidad

[SERGI]

A mí la película me resultó interesante. No una gran película, o una gran adaptación de Shakespeare –tipos como Lawrence Olivier, Orson Welles, o, más recientemente, Kenneth Branagh, han dejado el listón muy alto-, pero sí una versión cinematográfica convincente, que hace de la austeridad expositiva una arma efectiva y que dispone de unos buenos actores –para mí gusto, la mejor Vanessa Redgrave, en el papel gélido pero apasionante de la madre de Coriolano–.

Me parece que Ralph Fiennes –que también está más que correcto en su papel, uno de esos roles tortuosos que tanto le van– fue muy hábil al escoger este proyecto para firmar su opera prima. Fiennes había interpretado una versión teatral años atrás en Londres, y decidió que era posible abrirse camino tras las cámaras con un material que debía tener bien interiorizado. Pero es que además se da algo que, a estas alturas, me parece sorprendente: consultado el IMDB (la base de datos más extensa y fiable que conozco), no he hallado una sola adaptación cinematográfica previa de esta tragedia de Shakespeare que la que nos ocupa.

Sólo por eso, me decanto a favor de las razones de oportunidad de la realización del filme (que, lo vi el otro día al pasarme por el fnac, se ha editado en DVD/Blu-Ray al mismo tiempo que en los cines, algo que nos ejemplifica los nuevos mecanismos de distribución de los filmes que se apartan del mainstream, o grandes presupuestos). Sin embargo, y como apunta Belvís, también hallo pertinente en estos tiempos que corren, inclementes en el orden social y diría que fatídicos en lo que concierne a la política –no hay semana en la que no se “levante otro velo” en materia de corrupción ejecutada por quienes nos gobiernan desde cualquier administración, desmanes de todo tipo que encima suelen tener visos de quedar impunes–, el “rescatar” esta obra de la última época del literato inglés que nos habla de un hombre traicionado por sus propias convicciones, no porque estas no sean dignas, sino por la maniobra de acoso y derribo en la opinión pública de las mismas, o de su propia figura, orquestada por burócratas indeseables que saben pulsar la tecla correcta para mantener al pueblo engañado y perpetuar así el éxito de sus intereses espurios.