[Daniel Arasa. Director de Cinemanet]
El año 2007 los cines españoles registraron 20 millones de espectadores menos que en 2006, según datos del Ministerio de Cultura. La tendencia a la baja se consolida, porque en aquél año se había producido ya un descenso de 16 millones respecto al 2005, y en este último se habían perdido 6 millones de espectadores en relación al 2004. O sea, que en tres años los cines españoles han perdido 42 millones de espectadores.
El problema es aún más grave en relación al cine español, que ha perdido el año pasado 6 millones de espectadores. Baste darse cuenta que de los 102 millones de espectadores del año pasado, sólo 13 millones eligieron un film español. Es la peor cifra del último decenio. Y aún suerte de la película El orfanato, la ópera prima de Juan Antonio Bayona, que logró 3,3 millones de espectadores (el 27 por ciento del total del cine español), frenando la caída en picado del conjunto.
El espectador español sigue apostando sobre todo por los films norteamericanos. La película más taquillera en las pantallas españoles durante 2007 fue Piratas del Caribe. En el fin del mundo con casi cuatro millones de espectadores, seguida de Shrek3, don 3,87 millones. La tercera fue la española El orfanato.
También se ha producido un descenso del número de salas de cine, que pasaron de 936 en el año 2006 a 889 en 2007, a la vez que se pasó de 4.299 pantallas en 2006 a 4.250 en 2007.
En otro orden de cosas, también se está produciendo un descenso generalizado del alquiler de películas en los videoclubs.
De los datos anteriores podría apresuradamente deducirse que hay un descenso en el visionado de cine. En realidad no es así, sino que los ciudadanos españoles ven mucho más cine que antes, pero van menos «al cine».
En primer lugar crece el consumo de cine en televisión. Son muchísimas las familias que tienen contratadas ofertas codificadas de empresas telefónicas que les permiten ver cine en sus pantallas domésticas, además del que dan las cadenas en abierto. De otro lado, el cine es visionado a través de las nuevas tecnologías y, sobre todo, se calcula que las descargas ilegales de filmes llegaron a 200 millones en el año 2007.