Del revés 2 (Inside Out 2) | Una excelente radiografía emocional de la adolescencia

José Martín Goenaga

Cinéfilo por afición, me gusta seguir de cerca la actualidad cinematográfica para comprender mejor a la sociedad actual y valorar la idea que esta transmite sobre la persona humana y sus circunstancias.

Disney-Pixar vuelve a sus buenas andadas tras un tiempo de sequía creativa. El director Kelsey Mann, que ya trabajó como co-guionista en «The Good Dinosaur» (El viaje de Arlo), nominada a mejor película en los Globos de Oro, consigue dibujar una historia divertida, emocionante y real, algo que echábamos de menos en las últimas películas de esta compañía. Además, logra transmitir valores esenciales en toda vida humana, sugiréndonos a su vez claves de actuación para nuestras propias vidas.

La película gira en torno a los cambios que se dan en la etapa adolescente y sus distintas consecuencias para uno mismo y para su círculo más cercano. Se habla de emociones y de cómo se pueden ir asumiendo y dirigiendo hacia buen puerto, logrando así llegar a una plenitud vital a pesar de las dificultades que comporta el camino. De esta manera, el film va enseñando al espectador cómo gestionar esas emociones más complicadas y este no es aspecto trivial, pues debido a la rapidez y a la variedad de la información que gestionamos hoy en día, estas emociones no sólo aparecen en la adolescencia, sino que siguen vivas durante la edad adulta.

No voy a desvelar el desenlace de esta interesante trama pero sí me atrevo a decir que es excelente, proponiendo un tipo de soluciones que llegan al corazón, que consiguen aunar lo mejor del ser humano para sacar adelante situaciones difíciles, pero sin llegar a coaccionar, y esto es esencial. Muchas veces, con toda nuestra buena intención, intentamos dirigir a otras personas hacia lo que nosotros creemos que es lo correcto, y es justo aquí donde la película nos ayuda a entender que toda persona es libre y que, muchas veces, necesita utilizar esa libertad para crecer, para llegar a ser quien es y así ser capaz de gestionar su vida de manera autónoma y madura.

Ya podemos atisbar que la temática tiene su profundidad y que daría para un largo e interesante cineforum posterior, pero Kelsey Mann y su equipo consiguen acertar en el modo de tratarlo, realzando aspectos emocionales que son esenciales en el adolescente moderno. Todo esto acompañado con un ritmo y una historia que consiguen atrapar la atención del espectador en de continuo. En definitiva, estamos ante una película redonda y con una animación excelente (no podía ser menos), mezclando estilos para resaltar a uno y otro personaje, al modo de las últimas películas animadas de Spiderman.

La música está también muy bien seleccionada, ayudando a que las emociones salgan de la pantalla y toquen el corazón del espectador. Pero es, sobre todo, la selección del guión lo que me parece soberbio, pues en una película sobre la etapa adolescente, se podría haber hablado de muchos temas, pero no todos ellos funcionarían en un film de estas caraterísticas. Era demasiado fácil caer en lo simple, en lo morboso, en lo insulso, pero Kelsey Mann ha decidido que esta vez no, que lo fácil no gusta tanto como lo bueno, siempre que se realice con un guión ad hoc, que consiga exprimir toda la profundidad que la historia reclama, y en esta película, su director lo borda. ¡Enhorabuena!