Película que ha recorrido muchos festivales y solo en Zurich ganó la mención especial del Jurado. Es la ópera prima del director chino Lin Jianjie. Con la temática de una familia que adopta a un extraño, como en la película Familia (1996), de Fernando León de Aranoa, en la que el protagonista alquila a una familia entera, hasta su mujer, abuela y niño, actores en la vida real, para no estar solo en su cumpleaños.
El documental Alquila una familia (2012) es la historia única e impredecible sobre el Sr. Ryuichi Ichinokawa, quien posee una empresa llamada Hagemashi Tai (“quiero levantarte el ánimo”), uno de los negocios más peculiares de Japón, dedicado al alquiler de parientes, amigos, colegas o parejas falsas. ¿Se puede aparentar la felicidad?
La película está filmada con una estética y elegancia maravillosas, con pocos diálogos y de fondo música clásica para adornar esta película magnética, turbia, sutil, con un gran guion y grandes interpretaciones. El director logra en algunas escenas una belleza extraordinaria que a veces parece un cuadro de pintura en movimiento.
Sucede que, en una familia, el único hijo trae a un amigo a comer y poco a poco se encariña con la familia. El invitado solo vive con su padre y de repente se queda huérfano, solo tiene 16 años y la familia se queda con él. ¿Qué pasa en una familia en que sólo hay un hijo y de repente hay dos? ¿Cómo cambia el entorno y la forma de dar amor? El padre le dice una frase maravillosa al adolescente adoptado: “En la clase era el mejor en todo, pero envidiaba de todos mis compañeros una cosa, todos tenían padres menos yo.” La película puede abrir un debate infinito, de adoptar a personas que están solas para hacer hogares mas felices. Puntuación de la película 7 sobre 10.