Primera película de la debutante Agathe Riedinger sobre un tema actual: las adolescentes que se hacen influencers y además quieren ser famosas, obsesionadas por la belleza, la necesidad de ser alguien y participar en un reality show.
La actriz principal, que vive en una familia desestructurada, solo tiene 19 años, con pocos recursos, no trabaja y, para vivir su modelo de vida, roba en comercios y luego lo revende en el mercado negro. Se operó de los senos para que su cuerpo fuese más voluminoso. Su madre se lo dice: la vida no es esto, está en un mundo irreal.
Es el nuevo mundo de la generación joven que vive en un mundo de ciencia ficción y solo les importa cuántos seguidores tienen como influencers. No es una gran película, pero sí retrata muy bien el día a día de esta adolescente, cuyo único sueño es triunfar como otros ídolos y, como no lo consigue, entra en frustración con ella misma, su familia y otras personas que le rodean.
La película, desde las primeras imágenes, muestra rapidez en contar su historia, aunque a mitad del metraje decae un poco. Buenas actuaciones de la actriz principal, y quizás esta película hubiera dado más de sí pero, al menos, su directora muestra con maestría este mundo de influencers, el culto al cuerpo, la belleza y un vacío interior cuando no consiguen sus objetivos.
Una película-denuncia también para mucha gente que se aprovecha de estas chicas adolescentes que quieren el éxito al precio que sea. Entra en mi lista de las 100 mejores películas de redes sociales. Puntuación: 6 sobre 10.