Una película que recuerda en algunos momentos a Mad Max: Furia en la carretera (2015), por las imágenes del desierto y los vehículos transitando por él. El director Olivier Laxe realiza su segunda película y además, ganó en Cannes el premio del jurado, merecido.
Una película que va de menos a más, con unos últimos minutos que llegan al clímax total, y con una escena que da ganas de salir de la sala y no seguir viendo por lo cruda que es. Gran fotografía, dirección y narración, que poco a poco te va atrapando, con cada personaje, encabezado por Sergi López, un todoterreno con 112 películas.
Los últimos minutos con el tren en el desierto son de obra maestra, por las grandes imágenes. La música es potente y le da a la película una fuerza mayúscula. Película de drama, aventuras, thriller, y a veces parece un poco de ciencia ficción.
Mensaje de la película: la vida es un minuto, el destino puede cambiar en un segundo.
Destacar de esta película que todos los actores no son profesionales, excepto Sergi López, y refleja un universo muy punk, aunque despojado de violencia. Parecen tener muy clara su forma de vivir: se trasladan de un sitio a otro, por parajes complicados, en furgonetas y caravanas resistentes, con equipos de sonido y amplificadores a bordo.
Es una película que ha tenido un gran éxito de taquilla gracias al boca a boca del público.
Su primera película Lo que arde (2019), es de lo mas aburrido del cine español que he visto, pero esta me fascino y salí de la sala sin respiración.