Quizás sea el mejor documental del 2025 junto con Madrid Exit y para mí está en pódium de los 100 mejores documentales de la historia, sobre 9000 que tengo contabilizados. Es la historia de un jugador: Charles Thomas, estrella afroamericana del baloncesto en España en los 70, que brilló en el Barça con solo 20 años. Llegó de Estados Unidos a Barcelona y se hizo famoso por su juego. En los entrenos, algún compañero ponía un billete encima del tablero y él lo podía coger gracias a su salto tan potente.
Era feliz con su esposa y dos hijos, pero una lesión cambió su vida. Tardó un año en recuperarse y nunca fue el mismo jugador, sus rodillas no eran las mismas. Entró en una espiral de drogas y alcohol, y su mujer y sus hijos se fueron a Estados Unidos. Él regresó a su país y no le dejaron ver a sus hijos. Era mitad la década de los 70.
Llegaron noticias a Barcelona en los 80 de que vivía en las calles, y en esa misma década se anunció su muerte. Nunca se supo más de él, todo el mundo lo olvidó. En 2021 un periodista hace un artículo y habla de su muerte, pero unas enfermeras en Estados Unidos, de una residencia para personas sin techo, ven la noticia. El jugador llama a un compañero que jugó con él en el Barcelona: “Soy Charles”. Su amigo creía que era una broma porque tenía claro que estaba muerto.
Vivió 20 años solo en las calles, con frío, y tomaba alcohol para calentarse. De su familia solo uno de sus hijos lo perdonó, y lo hizo porque cree que era sanador para su padre, para él y para sus hijos.
Gran documental, con un montaje de diez, con muchos entrevistados: ex compañeros del Barcelona, amigos que intentaron ayudarlo y a los que no se dejó. Cuatro décadas vivió en su propio desierto y, como él dijo: “Si Dios decide que vea a mis hijos, que sea El que lo dictamine”. Y vio a uno de sus hijos, que lo visita en una residencia donde vive desde hace 20 años.
Un documental que no solo habla del perdón y de la amistad, sino también de los destinos del ser humano y de lo importante que es cuidar las amistades, las familias y a uno mismo. Maravilloso.