Stardust
Dirección: Matthew Vaughn. Países: Reino Unido y USA. Año: 2007. Género: Aventuras, fantasía. Interpretación: Claire Danes (Yvaine), Charlie Cox (Tristan), Sienna Miller (Victoria), Ricky Gervais (Ferdy the Fence), Jason Flemyng (Primus), Peter O’Toole (rey), Michelle Pfeiffer (Lamia), Robert De Niro (capitán Shakespeare). Guión: Jane Goldman y Matthew Vaughn; basado en la novela de Neil Gaiman ilustrada por Charles Vess. Producción: Matthew Vaughn, Lorenzo di Bonaventura, Michael Dreyer y Neil Gaiman. Música: Ilan Eshkeri. Fotografía: Ben Davis. Montaje: Jon Harris. Diseño de producción: Gavin Bocquet. Vestuario: Sammy Sheldon. |
SINOPSIS
Un joven llamado Tristán intenta conquistar el corazón de Victoria, el bello pero frío objeto de su deseo, y se va en busca de una estrella caída del cielo. Su viaje le lleva a un país misterioso y prohibido más allá de los muros de su pueblo. Durante su odisea, Tristán encuentra la estrella convertida en la preciosa Yvaine. Pero Tristán no es el único que busca la estrella. Los cuatro hijos del rey, y los fantasmas de sus tres hermanos muertos, necesitan la estrella si quieren ocupar el trono. Tristán también debe vencer a Lamia, la malvada bruja que desea la estrella para recuperar la juventud. Tristán lucha para deshacerse de estas amenazas, pero cuando conoce a un pirata llamado capitán Shakespeare y a un siniestro comerciante llamado Ferdy the Fence, su búsqueda cambia de rumbo.
CRÍTICAS
‘Stardust’: un buen cuento fantástico, pero sin profundidad
Stardust es una película basada en una novela de Neil Gaiman, el guionista de los comics de Sandman, y novelas fantásticas como Neverwhere y American Gods. Autor de "cuentos de hadas para adultos", Stardust va más dirigida a jóvenes. De todas formas, la novela tiene más escenas de sexo gratuito y tórrido que la película, la cual quiere presentarse a un público amplio (en EEUU, para mayores de 13 años).
Hay en la Inglaterra del s.XIX un lugar misterioso: el Muro. Una valla de piedra que da a un prado, que nadie cruza. Incluso hay un viejo designado por el pueblo de Muro para que nadie pase. El padre de nuestro héroe lo cruzó y encontró el reino mágico de Stormhold. Allí se acostó con una desconocida (por amor verdadero) y 9 meses después, recibiría en Inglaterra al pequeño Tristán en una canastilla. Ese es el origen de nuestro héroe.
Se trata de un cuento de hadas con todas las de la ley. Es de narración ágil, pasan muchas cosas y tiene consistencia interna y coherencia. Cada personaje secundario que aparece tiene su sentido. Cada objeto mágico que se entrega y recibe cumplirá su papel. El estudioso de los cuentos Vladimir Propp podría hacer una tesis de tan clásica que es la estructura. Los guionistas no se olvidan de la trama y la aventura es emocionante.
Tristan (Charlie Cox) entra en el mundo de Stormhold usando una vela mágica heredada de su misteriosa madre. Allí captura a Yvaine (Claire Danes), una estrella que ha caído del cielo con una hermosa forma humana por efectos de la magia del moribundo rey de Stormhold. Tristan ha prometido regalar una estrella a su novia de pueblo. Pero volver a casa con su trofeo será toda una odisea.
Por un lado, los hijos del rey buscan a la estrella y su colgante para heredar el trono. Septimus es realmente malvado, no es para nada tonto y demuestra tener recursos.
Por otro lado, tres viejas hermanas brujas (lideradas por Michelle Pfeiffer) quieren atrapar a la estrella y comerse su corazón, para así recuperar la juventud. La bruja magistralmente interpretada por Pfeiffer también tiene personalidad propia, ingenio y poderes para inquietar al espectador.
El punto fuerte de la película es su magnífico diseño: ciudades, artefactos y personajes. La posada "plegable" que invoca la bruja, la cabra-posadero, el barco volador de los piratas cazadores de rayos con su bronca tripulación, el carro tirado por cabras (como el que tenía el dios Thor de la mitología nórdica), la bruja que tiene esclavizada a la madre de Tristan, los espectros de los príncipes aspirantes asesinados… todos tienen encanto y encajan bien.
También son inspiradores los paisajes filmados en Escocia y en Islandia, dando un toque refrescante y de "otro mundo".
Como puntos débiles podemos reseñar unos cuantos. Para empezar, Claire Danes no nos consigue hacer creer nunca que es una criatura tan de otro mundo como sería una estrella caída del cielo. Pone caras tan norteamericanas, gesticula tanto como las chicas de instituto de "Salvados por la Campana" que no conseguimos pensar nunca en ella como "una estrella", por mucho que la hagan brillar con "photoshop".
Por otro lado, no hay profundidad: ni los discursos sobre el amor que todo lo compensa, ni sobre el "sigue tu corazón", o "haz aquello para lo que estás destinado" pasan de ser eslóganes prefabricados, porque ni hay un verdadero destino detrás, ni una Providencia, ni un Camino, ni hay Tao. Sólo aventuras con fantasía.
Es especialmente estúpida la escena en que el capitán pirata Shakespeare (Robert de Niro) baila con corsés y plumas. Intenta mantener su "afición" escondida de su ruda tripulación, pero a estos resulta no importarle mucho. "La reputación lo es todo", dice el Capitán a Tristán, para justificar sus fingimientos. Probablemente en EEUU, donde los jóvenes cada vez más viven de la apariencia pueda tener un sentido pedagógico.
En general es una película de aventuras mágicas que ayuda a viajar en un reino de fantasía y aporta cierto descanso, consuelo maravilloso al espectador, pero de corto vuelo. Gustará a los amantes del género fantástico y cuento de hadas, y juntaría lo mejor de clásicos antiguos -en realidad bastante mediocres- como "La Princesa Prometida" y "Legend", con un guión mucho mejor que el de aquellos y unos efectos magníficos. Pero aún así no es una película que dé de sí lo que el género fantástico puede dar.
Podemos exigir más. Podemos pedir más. Y lo pedimos. Como decía Tolkien en una carta: "yo deseaba dragones con un deseo profundo". Pues eso, profundo.
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