Crash
Dirección: Paul Haggis. Países: USA y Alemania. Año: 2004. Duración: 100 min. Género: Drama. Interpretación: Sandra Bullock (Jean Cabot), Don Cheadle (Detective Graham Waters), Matt Dillon (Sargento Jack Ryan), Jennifer Esposito (Ria), William Fichtner (Jake Flanagan), Brendan Fraser (Fiscal del distrito Rick Cabot), Terrence Dashon Howard (Cameron Thayer), Thandie Newton (Christine Thayer), Chris "Ludacris" Bridges (Anthony), Ryan Phillippe (Hansen), Larenz Tate (Peter). Guión: Paul Haggis y Bobby Moresco; basado en un argumento de Paul Haggis. Producción: Cathy Schulman, Don Cheadle, Bob Yari, Mark R. Harris, Bobby Moresco y Paul Haggis. Música: Mark Isham. Fotografía: James Muro. Montaje: Hughes Winborne. Diseño de producción: Laurence Bennett. Dirección artística: Brandee Dell’ Aringa. Vestuario: Linda M. Bass. Estreno en USA: 6 Mayo 2005. Estreno en España: 13 Enero 2006. |
SINOPSIS
"Crash (Colisión)" sigue la pista del encuentro fugaz entre un grupo de personajes de diferentes razas, que luchan por superar sus miedos a medida que entran y salen de las vidas de los demás: un detective de policía negro con una madre drogadicta y un hermano desaparecido, dos ladrones de coches que teorizan continuamente sobre la sociedad, el ocupado fiscal del distrito y su irritable esposa, un veterano policía racista (que cuida de su padre enfermo) que no gusta a su joven e idealista compañero, un exitoso director de televisión y su altiva esposa, un inmigrante persa que compra un arma, un cerrajero hispano y su pequeña hija, etc. En la zona gris entre el blanco y el negro, donde todo el mundo es víctima y agresor, todos colisionarán durante las próximas 36 horas.
CRÍTICAS
Paul Haggis escogió para su puesta de largo cinematográfica una narración coral y urbana. En la cada vez más concurrida estela dejada por los Short Cuts de Raymond Carver/Robert Altman se sitúa este drama que pretende vivir en las aceras angelinas y desarrollar un discurso partiendo de la buena idea que le da título al filme: que los coches colisionan porque es un modo inconsciente mediante el cual los conductores ?los ciudadanos de una gran ciudad como Los Angeles- manifiestan su necesidad de contacto y de cariño.
Ése es el atractivo leit-motiv narrativo del filme, por lo que en las diversas historias cruzadas que va desgranando atendemos a la sucesión de acontecimientos nada habituales, en los que el contacto humano se produce en un estadio calificable de grave ?del ensañamiento de un policía con una detenida a la posterior redención de aquél cuando se juega la vida por salvar a aquella misma mujer al sufrir ésta un accidente de coche; la incomunicación a la que se ve abocada un inmigrante por la dificultad de hablar en inglés y las perniciosas consecuencias que por ello está a punto de percibir la hija de un reparador de cerraduras, a su vez salvada por la actividad mediata de la hija del primero; dos malentendidos a los que se enfrenta un joven policía y cuyo final reviste un signo bien diferente? – equivaliendo ello a los sentimientos llevados al extremo que las circunstancias vitales de los diversos protagonistas nos promueven.
Como les sucede a los protagonistas del filme, el que lo visiona se encuentra con sensaciones encontradas: por un lado, el discurso que Haggis pretende ofrecer cojea de cierta afectación, tanto los diálogos como las propias situaciones que promueve a menudo adolecen de una mala concepción de los rasgos del realismo que el guionista y realizador pretendía imprimirles, de lo que resulta que ciertas resoluciones resulten un tanto forzadas, lo que le resta intensidad al filme; por el contrario, Haggis marca sus bazas maestras tanto en la elaboradísima y brillante estructura argumental, como ? inopinadamente, considerando que ésta es su opera prima- en el capítulo de la puesta en escena, en cuya magnífica hechura se aprecia el reciclaje de diversos referentes visuales pero dando de resultas un estilo propio bien dotado para la plasmación a la vez sutil y ruda de los conflictos que se narran.
[Iván Sainz Pardo. Muchocine.net]
Únicamente un accidente, un capricho del destino, un choque, quizás el de dos coches en una ciudad como la de los Ángeles, donde uno sin un motor con ruedas prácticamente no es nadie, es hoy en día capaz de hacer que los universos personales de cada ciudadano se encuentren. Únicamente la violencia es capaz de despabilar una ciudad de muertos en vida. Crash es un film coral, donde varias historias se entrecruzan, siguiendo el patrón de "Grand Canyon", "Magnolia", "Vidas cruzadas" o "Amores perros". En este caso, todas las historias están bien medidas y colisionan apuntando a un mismo lugar, en un retrato deliciosamente bien ambientado de sensaciones profundas, de sentimientos enfrentados, de realidades crudamente expuestas.
Un retrato sincero y perturbador sobre una urbe caracterizada por la mezcla caótica de etnias, por el racismo, el miedo y la falta de principios. Un soberbio retrato sobre la angustiosa soledad de esas almas solitarias y prisioneras de una sociedad desestructurada, violenta, armada hasta los dientes, tristemente deshumanizada y en donde todos resultan ser victimas. Pero Crash también nos habla de la intolerancia y de la pérdida de la inocencia. De cómo hay cabida, a pesar de todo, para la esperanza, para la magia, y de como pervive aún la posibilidad en nosotros, la libertad de poder dar siempre lo peor o de dar lo mejor como seres humanos. Nos recuerda además que el hombre es un ser muy complejo que naufraga en una sociedad impersonal y hostil. Donde, victimas de la confusión, los buenos también resultan convertirse o descubrirse como malos y los malos, a la vez, como buenos. Donde la línea moral y la ética de la actual sociedad norteamericana parecen estar borrándose peligrosa e irremediablemente como el trazo de una tiza bajo la lluvia. Y a la vez, este es un retrato también de las sociedades modernas de todo el mundo.
Paul Hagiis, quien se diera a conocer por escribir el guión de "The millon dollar baby", realiza aquí una película de bajo presupuesto sin que técnicamente se note en ningún momento del metraje, llena de inteligencia y de emoción. Con un casting que funciona, unas actuaciones soberbias, un guión redondo y perfectamente estructurado, un look acertado, una atmósfera muy lograda y consecuente y un ritmo bien administrado, que mantiene la tensión requerida y nos regala momentos gloriosos. Una bocanada de aire para los tan predecibles y aburridos Oscars y una agradable sorpresa que vuelve a demostrar que, desde Hollywood, entre tanto pedrusco y tanto lodo, aún continúan llegando algunas perlas del séptimo arte.
NOCHES DE INSOMNIO: LA GÉNESIS DE CRASH
Para el guionista y director cinematográfico Paul Haggis, el guión de Crash partió de una compleja maraña de experiencias, miedos y observaciones personales. A Haggis le robaron el coche a punta de pistola cuando salía de un videoclub de Los Ángeles. Una vez en casa, cambió todas las cerraduras… y entonces empezó a interrogarse acerca de los tipos que le robaron el auto; ¿Cuánto tiempo llevaban siendo colegas? ¿Qué hacían para divertirse? ¿Se veían a sí mismos como delincuentes, o no? ¿Cómo justificaban sus propios actos, ya que todos tendemos a hacerlo? Años más tarde, decidió escribir acerca de ello, pero sólo desde la perspectiva de los delincuentes. «En aquel momento, ya llevaba viviendo en Los Ángeles veinticinco años, siendo testigo de nuestro propia y sutil guerra de clases, de casta. He comprobado de cuántos modos distintos nos discriminamos los unos a los otros cada día, cómo lo racionalizamos y lo excusamos, cómo organizamos nuestras vidas para no tener que sentirnos involucrados en ello y cómo negamos que existan problemas raciales. Una y otra vez constato lo incómodo que nos resulta el tema. No conozco a nadie que admita tener algún tipo de prejuicio, ni el más mínimo. Sin embargo, basta con escuchar atentamente para percibir las bromas o comentarios «inocuos» que traicionan los más nobles sentimientos. Perversamente, esas mofas y chanzas a menudo las ha concebido el hombre blanco en presencia de amigos y asociados negros, como si compartir esas ofensas con ellos «demostrara» de algún modo que el racismo ya no existe. Y he observado cómo ciertos políticos abanderan causas raciales para sus propios fines egoístas y cínicos.
Pero no supe cómo escribir este guión hasta que sobrevino el 11 de septiembre. Porque la película no habla en realidad de racismo o clases sociales, sino del miedo al extraño. Se habla de intolerancia y de comprensión; de las medidas que adoptamos para tratar de ?encajar? y del precio que pagamos por ello. Se trata de cuánto odiamos que se nos juzgue pero al tiempo no vemos contradicción alguna si somos nosotros quienes juzgamos a los otros. Y también se habla de cuán a menudo esa gente que hemos enjuiciado nos sorprende para bien o para mal.»
"Creo que hasta cierto punto, todo el mundo en Norteamérica se ve afectado por la cuestión de la raza y el racismo» ?añade Robert "Bobby" Moresco, que ha escrito el guión con Haggis?. "Que yo sepa, no hay nadie que haya podido eludirlo."
E incluso los pocos que encaran el estudio del tema en toda su complejidad y carácter explosivo. "Quería hacer una película que fuera irreverente, divertida, trágica, y chocante» ?nos comenta Haggis?. "Vivimos en una sociedad regida por el miedo, donde gente como nuestro presidente utiliza ese miedo para controlarnos, y los medios de comunicación de masas para manipularnos. Yo quería analizar esto y cómo ese miedo repercute en nosotros y distorsiona el modo en que percibimos el mundo que nos rodea."
Haggis cree que el modo de mantener ese miedo y control es diferenciar a la gente según raza y clase social, sembrando la desconfianza entre los que son de piel clara y los que son de piel oscura, entre las distintas generaciones de inmigrantes y los distintos niveles de ingresos. También interviene la idea de cuanto significa ser norteamericano, particularmente tras los hechos del 11 de septiembre y la guerra del terror.
"Se trata de una película que se escapa de la clasificación dentro de un género porque se escapa a la categorización tonal" ?añade la productora Cathy Schulman?. "Ésta es una película acerca de la vida real. Se trata también de algo semejante a una fábula, a un cuento moral. Y es una historia de esperanza. Hay frivolidad, angustia, tragedia, belleza, comedia… Son esos elementos los que permiten hacer incursiones en otros géneros, sin jamás instalarse en ellos."
"No son temas que sean osados o poco apropiados" ?comenta Don Cheadle, productor y coprotagonista de Crash: encarna al oficial Waters?. "Se trata de cómo habla la gente. Se trata de lo que sucede cuando la gente no es educada, ¿sabe? ¿Podemos ser suficientemente honestos como para admitirlo? Creo que el reto de este film estriba en que uno es consciente de que quiere reírse de eso, pero sabes que no está bien reírse, y aún así sigues queriendo hacerlo. Así que, ¡adelante! Ríete, y luego analiza por qué lo has hecho y de qué te reías."
"Yo llamo a esto una comedia gris» ?nos dice Mark R. Harris, productor de Crash y colega de Haggis desde hace mucho tiempo?. "No todo es negro. Me encantan ese tipo de películas porque te posibilitan algo en lo que pensar, de lo que reírte, y aún así, te ves obligado a mirarte y decirte: <<Pero si soy uno de ellos.>>Si lo haces con humor, puedes hacer que tu mensaje llegue, sin importar que el film sea de época, ciencia-ficción o contemporánea."
La coprotagonista Sandra Bullock, quien da vida a Jean Cabot, la esposa solitaria y desconfiada del ambicioso fiscal del distrito que encarna Brendan Fraser, cree que el film nos recuerda cuán aislante puede llegar a ser la vida moderna. "Nuestra realidad se mueve con tal independencia que creo que necesita de hechos catastróficos que nos obliguen a sentir o a comprender qué es lo que realmente está aconteciendo" ?y continúa?: "Todavía estamos intentando dar con el modo de aislarnos por completo y hacernos insensibles. Siempre podemos desconectar el televisor; y durante el tiempo que no funcione, no va a existir. Estamos demasiado a gusto; qué a gusto que estamos.»
Según dice la coprotagonista Jennifer Esposito, quien da vida a Ria, la detective de la policía de Los Ángeles, el poder de Crash reside en su habilidad para provocar la risa en cierto momento, y al siguiente sentir vergüenza de ello. "Te reirás y te sentirás muy mal respecto a ciertas cosas» ?continúa la actriz?. "Es el mejor guión que haya leído en años. Es uno de los más humanos? Creo que todo el mundo tendrá una opinión sobre la cinta. Tanto si la gente la odia como si le encanta, todos tendrán una opinión. Hará que la gente discuta, converse. Es un film que divertirá y hará que la gente se vuelva loca."
Tal y como el guionista y director subraya, a menudo la verdad hiere. "Éste no es un film acerca de otro, acerca de esa otra gente al otro lado de la colina. Éste es un film sobre buena gente, la que tu conoces, la que es como nosotros, gente que cree saber quién es. Pero si son puestos a prueba, se dan cuenta de que no tienen ni idea de quiénes son. Ninguno de los personajes sale indemne.»
"Esta película habla sobre las cosas que nadie quiere admitir. Nadie quiere reconocer que piensa de ese modo; habitualmente son cosas de las que se habla a puerta cerrada" ?comenta el rapero vuelto actor Chris "Ludacris" Bridges, quien interpreta a Anthony, uno de los asaltantes de coches?. "Así que, para la gente, verte esto tan cerca y frontalmente como en el film, les parecerá algo nuevo. Los habrá que se sentirán consternados. Es controvertido pero, maldito sea, se trata de la verdad. A la gente le asusta la verdad, tío. Le tiene miedo pero no puedes ocultar la verdad."
El coprotagonista Terrence Howard, que interpreta al director de televisión Cameron Thayer, comenta con rotundidad: "Todo cuanto soy es un simple negrata al que pagan por actuar, tío. Así es como me siento. Y de eso va esta película. Ya sabes, todos estamos todavía en régimen de aparcería, pagamos un diezmo, todo el mundo: mejicanos, asiáticos… todo el mundo es aparcero."
La idea de retar las preconcepciones y prejuicios fue tomando cuerpo a medida que los personajes evolucionaban, algunas situaciones, aportadas por el lado oscuro de Haggis y Moresco, y otras inspiradas en gente que ambos conocen y situaciones que esos individuos experimentaron.
"Tenía una gran amiga, Anita Addison, que hace muy poco ha finado" ?empieza Haggis, hablando de la activista política y directora afroamericana a la que la película está dedicada?. «Su vida siempre estuvo marcada por el razismo. Sus padres eran trabajadores de los derechos humanos en el sur; cuando era muy pequeña, a Anita se la matriculaba en escuelas donde, con el objetivo de desegregarlos, todos eran blancos. Recibía todo tipo de insultos; los padres sacaban a los hijos de los centros; el KKK encendía antorchas; tropas federales entraban y se obligaba a las escuelas a admitir la integración. A menudo me preguntaba de qué modo podía superar una niña experiencias tan brutales como ésta. En el caso de Anita, nunca hablaba de ello.»
Haggis admiraba y respetaba la fuerza y el coraje de Anita Addison. «Era una gran mujer: generosa y amable, bella, maravillosa… que entraba en cualquier habitación y se metía con el primero que se cruzaba que detentara algún tipo de poder. Se metía inmediatamente, y yo me preguntaba por qué razón. Alguien me explicó su historia y súbitamente todo cobró sentido.»
Para el actor Brendan Fraser, quien da vida a Rick Cabot, el fiscal del distrito para el orden público convertido en víctima, el aspecto más insólito de la historia es el modo en que equilibra los muchos personajes y la intrincada trama que la integran. "Me pareció irresistible» ?comenta el actor?. «Confiere el mismo peso a cada uno de los personajes y a cada una de las situaciones, des de los que están arriba hasta los que están abajo."
"Todos reciben lo suyo» ?comenta el actor Larenz Tate, que encarna al asaltante de coches Peter?. "Ya se trate de la comunidad negra, como de la blanca, la asiática, o la latina, cualquiera bajo la capa del sol que puedas imaginar, todos reciben su merecido, sin distinciones. Nadie recibe más, nadie menos. Todos van a ganarse su justo trozo de tarta.»
Acaso esa equidad provenga de otro incidente que Haggis experimentó, y que condicionó de modo radical su punto de vista: «Paul narra una historia ocurrida cuando sus hijos iban a una escuela privada aquí en Los Ángeles, donde algo había ido mal entre los estudiantes y algunos padres sospechaban que quizá había habido un trato diferencial con tintes racistas" ??informa Cheadle?. "Me imagino que la reunión de padres y profesores se fue de la mano, así que Paul, siendo el buen subversivo de izquierdas que es, dijo: <<Bueno, ¿por qué no hablamos de todo esto la próxima semana en mi casa?>> Y Paul dijo que las únicas personas que vinieron fueron mujeres negras. Nadie más se presentó para hablar de ello. Ellas dijeron: <<Bueno, hablemos.>>. Y todas entraron en materia. Paul dijo que aquello fue lo que le hizo empezar a escribir acerca de todas esas cosas."
Esas y otras reflexiones mantenían a Haggins despierto toda la noche. "Un día me desperté a las tres de la madrugada y no pude volver a dormir" ?comenta?. "Pensaba en Anita y en otros incidentes que me parecieron consternantes… Así que me levanté y empecé a escribir. A la mañana siguiente llevaba escritas cuarenta páginas de borrador.»
La historia que Haggis esbozó, y el guión que subsiguientemente escribieron él y Moresco, integran un espectro de extraños cuyas vidas se cruzan unos días antes de Navidad en el Los Ángeles actual. "Me he limitado a tomar cosas que han pasado modificándolas ligeramente» ?informa Haggis?. "Hemos escrito el guión más bien desde el punto de vista de los asaltadores de coches que desde el mío. Quería jugar con estereotipos, con las preconcepciones que tenemos de los extraños. Quería mostrar el modo en que una persona puede afectar a otra sin siquiera darse cuenta. Le haces el dedo a un tipo que está en el coche del lado; esa persona se enoja y lo hace pagar al primero con quien se cruza, que no le ha hecho nada, y así continúa la cosa.»
"Los incidentes resuenan a lo largo de toda la historia, afectando las vidas de todos esos distintos personajes de un modo que jamás se hubieran esperado» ?añade Moresco, quien ha coescrito el guión junto a Haggis durante dos semanas de intensa redacción?. "La vida de una persona afecta a la de otra, y a otra, y todos acaban afectados o experimentan cambios a causa de un único incidente."
"Hay aquí algo de cuento moral y aleccionador» ?comenta el coprotagonista Ryan Phillippe, cuyo oficial de policía, Tom Hansen, toma un camino equivocado que nunca puede rectificar?. "Vemos cuán frágil es la humanidad en términos generales, y cómo la más insignificante decisión que uno toma, que en ese momento acaso no parezca determinante en absoluto, puede acabar evidenciando enormes ramificaciones, una reacción en cadena más allá de uno mismo."
Para Haggis, el círculo se cierra justo de regreso a casa. «Odio el hecho de que a los norteamericanos nos encante tanto poner etiquetas a la gente. Nos deshacemos por decir: ?Es una buena persona?, o ?Es una mala persona?» ?comenta?. "Cuanto menos, en esta película no quería que nosotros juzgáramos a los otros. Quería que aquí nos juzgáramos a nosotros mismos."
Que juzgáramos los pensamientos que tenemos pero que raramente compartimos; que juzgáramos las reacciones que experimentamos pero en las que no reflexionamos apenas; que juzgáramos las preconcepciones, estereotipos y, más importante aún, nuestros miedos, que habitualmente negamos que los tengamos. En el curso de su primera y enfebrecida noche de escritura, Haggis comparó las emociones que experimentaba a «tomar un cortaplumas y removerlo en esa particular herida, hurgando el hueso y los nervios, exponiéndome realmente como soy, las cosas que no me gustan de mí mismo."
"Si al salir de ver este film no has visto un trozo de ti mismo, eres un mentiroso, un absoluto mentiroso" ?insiste Bullock?. "Si no alcanzas a ver un trozo de ti mismo y lo reconoces, puede que todavía no sea tu momento adecuado para ver la película."
La coprotagonista Tate cree que la naturaleza del film, en la que los personajes son los que hacen avanzar la cinta, «permite que la gente se mire a sí misma en el espejo de un modo en que no siempre está dispuesta a hacerlo» ?y añade?. No se trata del habitual film convencional. Es muy distinto; es muy oscuro por lo que se refiere a su tema, sin embargo también es muy divertido. Espero que la gente se divierta. Es una historia fenomenal; todos estamos aquí trabajando por el amor que profesamos a este guión."
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