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Título Original: Adam |
SINOPSIS
¿Qué ocurre cuando uno se enamora de alguien para quien el mismo amor resulta un concepto extraño? En esta insólita comedia romántica, la historia de un idilio entre una inteligente y sofisticada joven y un muchacho misterioso, no menos inteligente, que siempre ha vivido protegido, se convierte en una incursión rociada de humor en el enigma de la química romántica y las conmovedoras formas que la gente encuentra para relacionarse, incluso cuando es imposible que vean el mundo de la misma manera.
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín, COPE y Popular TV]
Beth es una joven guapa y de buena familia, que vive atormentada por varias relaciones fallidas y por un proceso judicial contra su padre. En ésas, se traslada de casa y conoce a Adam, un inteligente ingeniero informático, que trabaja en una empresa de juguetes, controlando como puede su síndrome de Asperger. Se trata de una disfunción afectiva y mental, que dificulta bastante las relaciones con los demás. A pesar de ello, Beth se enamora de él, y él la corresponde.
Esta tragicomedia de Max Mayer (Better Living) es como un cóctel de Yo, también y (500) días juntos, pues afronta —como la primera— las relaciones sentimentales de las personas con discapacidades psíquicas; y, como la segunda película, las enfoca desde la perspectiva de la responsabilidad y la prudencia, poniendo en su justo término la atracción sexual y subrayando otros aspectos mas esenciales del amor. Y, mientras, se desarrolla una lúcida crítica al materialismo elitista y clasista que late tras la mentalidad del hijo único y de ciertas prácticas ilegales del capitalismo más radical.
Todo esto se asienta en un excelente trabajo actoral, del que sobresale la meritoria interpretación de Hugh Dancy, muy bien secundado por Rose Byrne. Menos sólida es la realización de Mayer, serena y eficaz, pero un poco plana en sus recursos formales —nada que ver con la frescura de (500) días juntos— y un tanto reiterativa y sincopada en su desarrollo narrativo y dramático. En todo caso, se trata de otra buena película Indie, que nada a contracorriente de la ideología de género, el feminismo radical y otras deformaciones del postmodernismo hedonista que nos invade.
Conocer la propia desnudez
Adam es un joven brillante y solitario, que padece el síndrome de Aspergen, una especie de autismo en alto grado, que se manifiesta en una gran inteligencia -es ingeniero electrónico, y sabe de todo un poco-, un comportamiento metódico, una sinceridad brutal y poco delicada, y una cierta incapacidad para detectar lo que siente el que tiene al lado. Su padre acaba de morir y vive solo. La llegada de una nueva vecina, Beth, escritora de libros infantiles y profesora, le empuja a salir de sí mismo pues siente una inmediata atracción. ¿Pero es posible el amor entre ellos?
Esta película escrita y dirigida por el desconocido Max Mayer resulta una agradable sorpresa. Ya el punto de partida, descrito con voz en off por Beth al inicio, es sugestivo: compara su relación con Adam con la del principito con el piloto en la conocida obra literaria de Antoine de Saint-Exupery; sólo que ella creía ser el principito hasta que se dio cuenta de que su rol, realmente, era el del piloto. El guión y su plasmación en imágenes construyen bien la evolución en la relación de los dos protagonistas, un amor creciente que da pie a situaciones humorísticas, pero también momentos cargados de tensión, por ser ambos tan diferentes. Además la historia romántica está bien imbricada con la subtrama que atañe al padre de Beth, acusado de fraude contable, y que se enfrenta a un difícil proceso judicial que podría llevarle incluso a la cárcel. Y se asumen riesgos en la forma de resolver el film.
La narración introduce un jugoso subtexto aprovechando con acierto la dedicaciones profesionales y conocimientos de Beth y Adam, con momentos mágicos como el de cierta noche en Central Park, las referencias al cuento del emperador desnudo -idea subrayada con el nombre del propio protagonista, Adam, que en el paraíso terrena descubre su desnudez, y que incide en la idea del autoconocimiento-, o los momentos de contemplación de las estrellas. Con inteligencia se plantean temas como el de ir con la verdad por delante en el trato con los otros. Hay acierto en el reparto, con unos Hugh Dancy (Confesiones de una compradora compulsiva) y Rose Byrne (la serie televisiva Daños y perjuicios) en alza.