Título original: Frozen River |
SINOPSIS
Ray Eddy vive en una caravana en el norte del estado de N.York con sus dos hijos. Su marido huyó con los ahorros familiares. De forma involuntaria se ve involucrada en un turbio negocio de tráfico de inmigrantes de la mano de Lila Litlewolf, una india mohawk repudiada por su tribu y separada de su hija por ser considerada una delincuente. Lila necesita un coche y Ray dinero, así que accede a transportar inmigrantes ilegales en el maletero de su coche, desde Canadá a Estados Unidos, evitando la frontera por la superficie helada del rio Saint Lawrence. La desesperación de estas dos mujeres por conseguir un futuro para sus hijos las llevará a traspasar fronteras físicas y morales.
¡Debate esta película en nuestros foros!
CRÍTICAS
La directora de Memphis, Courtney Hunt, debutó en el largometraje cinematográfico con Frozen River, que hace un año se llevó el Premio Signis y la Concha de Plata a la mejor actriz en el Festival de San Sebastián, así como el Gran Premio del Jurado en el prestigioso Festival de Sundance. Después fue nominada al Oscar al mejor guión original y a la mejor actriz principal. Ha obtenido otros muchos e importantes premios y nominaciones, como los Premios del Círculo de Críticos Cinematográficos de Nueva York y de Florida y dos premios del famoso Independent Spirit. Con doce meses de retraso, se estrena en nuestras pantallas.
La película se basa en un cortometraje de la misma Courtney Hunt y nos cuenta una historia invernal y fronteriza al norte del Estado de Nueva York, donde el río que desemboca en el Lago Ontario separa a los Estados Unidos del Canadá. Allí existe una reserva de indios mohawk que procuran no tener nada que ver con los blancos de la comarca. En ese ambiente vive Ray Eddie, una mujer de escasos recursos, dependienta de un comercio que lucha por sacar adelante a su familia y poder comprar una nueva casa prefabricada. Cuando por fin consigue reunir el dinero necesario, su marido, un incurable ludópata, se fuga con el dinero y desaparece para siempre. Ray, desesperada y acuciada por las deudas, toma una peligrosa decisión: introducirse en el mundo de la inmigración ilegal. Allí conocerá a una india de apariencia hostil, Lila, con la que empezará una relación muy agresiva, pero que se convertirá con el tiempo en una hermosa posibilidad de humanización.
Frozen River es un interesante ejemplo del cine independiente americano, donde se cuecen los mejores títulos de los últimos años. El guión toca varias cuerdas a la vez. Al tema del encuentro interracial y la superación de las diferencias en base al común denominador del corazón humano, se añade la cuestión recurrente de la ausencia del padre, el sacrificio redentor que nace del agradecimiento, el perdón e incluso la trascendencia.
Dos mujeres maltratadas por la vida aprender a mirarse a la cara y a sacrificarse la una por la otra cuando descubren el valor de la vida y la alegría de tener a alguien a quien amar.
La puesta en escena es contundente, pero llena de buen gusto y sin caer en el fácil deleite por lo dramático. El tratamiento de las situaciones demuestra una gran simpatía por lo humano y nunca cae en la tentación de lamerse las heridas. En este sentido es muy interesante la figura del hijo mayor, T.J., un chico que ha aprendido a madurar y que afirma el valor positivo de la realidad a pesar de los nubarrones que se ciernen sobre su cabeza. Este film supone un buen comienzo de la temporada cinematográfica.
Mujeres desesperadas
Ray Eddie, una mujer de mediana edad, madre de un chico adolescente y un niño. Viven en el estado de Nueva York, en la frontera con Canadá que conduce a Quebec. El marido y padre les ha dejado, no es la primera vez: su ludopatía le empuja a gastar el poco dinero que consiguen ahorrar. Y ha ocurrido en el momento más inoportuno, cuando esperaban adquirir una casa prefabricada, vivienda bastante más digna que el pobre barracón que ocupan en la actualidad.
En tal tesitura, ella conoce a Lila, una mujer india, de la tribu mohawk, que se dedica a introducir inmigrantes ilegales escondidos en el maletero de los coches, cruzando sobre el hielo del congelado río que separa Canadá de Estados Unidos. Como se ha quedado sin auto, consigue engañar en una ocasión a Ray Eddie, para usar su coche. Y ésta, desesperada por la ausencia del esposo, y la falta de dinero, decide asociarse con Lila para, temporalmente, ayudarla en su triste trabajo.
Magnífica muestra del mejor cine independiente de Estados Unidos, premiada justamente en Sundance. Se trata de una historia de apariencia sencilla, cuya mejor cualidad es la humanidad de sus personajes, empujados por las circunstancias a tareas que suponen traficar con seres humanos. La guionista y directora Courtney Hunt sabe desplegar bien su trama, mostrando a las dos mujeres protagonistas como mujeres nada orgullosas de lo que hacen -aceptar dinero por traer gente en busca de una vida mejor, que para pagar su viaje pueden estar esclavizados años y años-, pero que piensan en sus seres queridos, en el modo de sacarles adelante.
Está muy bien trabajada la progresión en la relación entre las dos mujeres, hasta llegar a algo muy parecido a la amistad, que como es sabido se demuestra en el sacrificio por el otro, en este caso la otra. Y también está bien perfilado el hijo adolescente, y los valiosos secundarios, ya sean los mafiosos de turno, o los policías, mostrados como auténticos seres humanos. Hay momentos de intenso dramatismo -el traslado de un matrimonio pakistaní, con la pérdida de un bebé precisamente en Nochebuena-, y un inspirado final. Gran trabajo de las desconocidas actrices, Melissa Leo y Misty Upham. El paraje donde transcurre la acción, con el río helado, da pie a una preciosa fotografía, muy efectiva.
¡Debate esta película en nuestros foros!