ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Título Original: ¿Y ahora adónde vamos? |
SINOPSIS
Cristianos y musulmanes se enfrentan día a día en una guerra protagonizada por hombres que se mueven con un sentimiento ferviente de unidad y de protección de lo que más aman. Las mujeres, en cambio, padecen el desmembramiento y pérdida de sus familias. Madres, esposas e hijas de ambas religiones caminan en procesión portando fotografías y recuerdos de aquellos que se dejaron llevar por los prejuicios y el odio. Ellas deciden unirse para demostrar a los hombres que, alejados de la realidad y de los medios de comunicación, en su pueblo es posible la convivencia entre cristianos y musulmanes.
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CRÍTICAS
[Marta Gª Outón – Colaboradora de CinemaNet]
En un campo desierto, terreno muerto, tumba de montones de cuerpos de hombres, hijos y padres enfrentados en una guerra eterna de religiones y culturas, ¿hasta dónde tenemos que ir ya transportando más cadáveres?. Ésta es la pregunta que plantea en su última película la directora y actriz libanesa Nadine Labaki, una artista muy aplaudida por los numerosos éxitos de producciones en su país y que ya destacó internacionalmente con Caramel. Ella se declara cristiana y como bien observamos en su película ¿Y ahora adónde vamos?, vive aprisionada en un mundo que respira el constante conflicto entre cristianos y musulmanes. La directora pretende ofrecer un mensaje de esperanza, donde la convivencia entre dos culturas y religiones diferentes es posible.
En un pueblo del Líbano, vecinos cristianos y musulmanes viven alejados de la realidad, únicamente comunicados con ella a través de un tortuoso camino y los medios de comunicación, culpable de hacer llegar la provocación entre religiones. Desde el exterior llegan noticias de aterradores conflictos entre las dos religiones que desembocan en numerosas muertes. Las mujeres del pueblo, atemorizadas con la posibilidad de que la realidad del enfrentamiento llegue a oídos de sus maridos, padres e hijos y que traiga la desgracia hasta ellos, planean diferentes estrategias para evitar la calamidad.
Nadine Labaki demuestra en el largometraje que el odio racial y religioso siempre es arrastrado y avivado por los hombres. El lenguaje que utiliza para exponer este drama es cómico y hasta surrealista, porque, como dice la directora en una entrevista para Europa Press: “A veces hay que ridiculizar los motivos de la guerra para entender las cosas”.
La fotografía muestra una iluminación muy brillante de las regiones desérticas y calurosas del Líbano, con imágenes de un encuadre más parecido a la estética documental. Los cortes que se producen para el cambio de plano rompen la continuidad de la narración, pero añaden una puesta en escena más dinámica y moderna. Los personajes, aunque tratados de manera superficial, son dramáticamente potentes y se detienen para destacar el papel del hombre, en su inconsciente defensa de lo suyo, y el de la mujer, valiente y entregada. La música, compuesta por el marido de la directora, Khaled Mouzanar, armoniza la cinta con una melodía de carácter universal, voz de cada cultura en convivencia que entremezcla la dinámica de una película musical y entretenida con el lamento y drama de la realidad.
La película obtuvo el premio a mejor película en el Festival de Toronto y mejor película extranjera en Critics Choice Awards. Nadine Labaki ofrece una visión de la situación desde una perspectiva amable, cálida y maternal, como una respuesta y movimiento de todas las madres de ambas religiones al conflicto entre sus hijos. Ellas son las protagonistas de la cinta, que avanzan en procesión arrastrando tras de sí polvo, sufrimiento y lágrimas por las numerosas pérdidas que deja la guerra. Las madres se entregan y hacen lo imposible por lo que más aman, y este mensaje de fortaleza y valor, que anima a una sensata reacción a la guerra, es el que presenta la directora Nadine Labaki, protagonista de su cinta y de la situación conflictiva de su país.
[decine21]
Moros y cristianos
Un pueblecito aislado del Líbano, donde coexisten musulmanes y cristianos. Cierto aislamiento y la bondad natural de la gente podrían hacer pensar que allí es posible la convivencia pacífica. Pero el clima de enfrentamiento violento del país no deja de afectarles, y se producen las provocaciones desde uno y otro lado. Las mujeres, más razonables que los hombres, trazan un plan astuto para distraerles de estas rencillas. Logran que las jóvenes ucranianas de una revista ambulante recalen en el pueblo unos días, y sin duda que al menos de entrada esto ayuda a rebajar la tensión entre los varones.
La libanesa Nadine Labaki, coguionista, directora y actriz, sorprendió en 2007 con la comedia coral femenina Caramel. Su nueva cinta, coescrita otra vez con Rodney Al Haddid y Jihad Hojeily, comparte algunos trazos con su predecesora, sobre todo la importancia de las mujeres y los numerosos personajes. En cambio el ‘look’ es más realista, menos ‘acaramelado’ si se nos permite el juego de palabras. Lo que no impide que Labaki se arriesgue con una mezcla ‘mágica’ de tonos, que no siempre funciona, entre la comedia ligera, casi el sainete, y la tragedia pura y dura, con momentos surrealistas, y hasta varios pasajes de musical. Todo ello para trazar una parábola sobre la necesidad de buscar puntos de encuentro para la convivencia de musulmanes y cristianos. Y en tal sentido se subraya el papel esencial de la mujer, la fuerza y el instinto de supervivencia que poseen las madres de familia.
Merece la pena subrayar la originalidad de algunas soluciones narrativas de esta cinta, con las que Labaki hace juegos malabares sorprendentes para no ofender la sensibilidad religiosa de nadie. En tal sentido, y a pesar de algunos pasajes en el filo de la navaja, se puede decir que domina la intención de una mirada amable, por ejemplo en el retrato del sacerdote y el imán de la aldea, quienes a pesar de sus prédicas pacíficas no logran persuadir a sus fieles de que sus creencias les deberían llevar a respetar a los otros. La directora se las arregla para ofrecer al espectador una inyección de optimismo que no deja de ser realista.
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