No todos los días se estrena una película a cuyos creadores les tengamos tanto cariño. Esta semana ha llegado a las carteleras ‘Todo mujer’, dirigida y protagonizada por dos ganadores recientes del Premio Familia de CinemaNet: hablamos, respectivamente, de Rafael Gordon e Isabel Ordaz.
La nueva película de Gordon se añade a una filmografía en la que el director afincado en Madrid ha explorado temas como el suicidio juvenil, el arte o la Historia, y gira en torno al personaje de Amalia. En palabras de la sinopsis oficial, Amalia es “una superviviente”, una mujer que vive recluida en un palacete segoviano que se cae a trozos. Su lamentable rutina –“al límite de la realidad”, apuntan en dicho texto- se verá truncada con la llegada de un joven mendigo al que acogerá.
Isabel Ordaz ganó el Premio a Mejor Actriz en el Scandinavian International Film Festival de Helsinki por su interpretación en Todo mujer, y es el centro de una película que explora el espíritu de superación y dignidad de la condición humana en tiempos de crisis. No obstante, lo explica mejor el propio director, a quien cedemos la palabra:
“Todo mujer es mi testamento cinematográfico. Como no puede ser de otra manera, me considero discípulo, poco aventajado, de Luis Buñuel. Por tanto, cuando escribí Todo mujer quise que su desarrollo partiera de la historia humana de una antiheroína, llamada Amalia, donde lo trágico, lo poético y todo cuanto de secreto y oscuro esconde el personaje vibrara en la pantalla. A la manera de las heroínas de Buñuel en Susana, Tristana y Viridiana”
Queda casi todo dicho. Un último apunte para animarles a acercarse al cine a verla puede ser el agudo comentario que le dedica a la película Carlos Loureda en su reseña para la sección Cine Invisible de la revista Fotogramas:
“Isabel Ordaz, sublime actriz de una generosidad sin límites en la interpretación, es la última heroína que ha llegado a la pantalla. Amalia en Todo mujer -maravilloso título con resonancias de superpoderes y extraordinarias hazañas-, es la última esperanza para todos, incluida ella misma. Acosado incesantemente por la más grande malvada del universo, a la que nadie ha conseguido vencer, dará la última batalla desde su imperio, un destartalado palacete segoviano -la ciudad, fascinantemente fotografiada, es la otra protagonista del film-, que se cae a pedazos”