Obi Wan Kenobi (Miniserie) | Nostalgia McGregor

Gabriel Sales

Periodista y especialista en Comunicación y Branding digital. Cinéfilo y crítico de cine y series de televisión.

Casi dos décadas han pasado desde que Ewan McGregor se vistiese por última vez de Obi Wan, uno de los personajes más queridos por el fandom de Star Wars. Sin duda un gran aliciente para ver la nueva entrega del producto espacial por excelencia. La enorme nostalgia de tiempos mejores y los grandes recuerdos revividos al ver al actor encarnando a su personaje de nuevo se juntan con las ganas obvias de participar de una nueva aventura de la franquicia, sobre todo en el formato de seis capítulos que ofrece Disney+. Por lo que ha sido y también lo que puede llegar a ser, la nueva miniserie es de visualización obligatoria.

Y ciertamente ha defraudado. Ha certificado que no solo no llega al nivel de The Mandalorian (2019), sino que tampoco demuestra creatividad alguna en el guion. Además, pretendiendo destacar por una estética y unos efectos visuales propios, lo único que hace es bajar el nivel considerablemente respecto a las otras entregas de la franquicia.

El mayo poder de la serie reside en explotar la relación de Obi-Wan/Edwan con el fandom. Mirando al pasado, estos buscarán con el corazón cada detalle del protagonista para llenar su vacío, sabiendo que seguramente sea la última vez que podrán verle en pantalla. Además, el personaje mostrado, afortunadamente y siguiendo la nueva línea narrativa de la franquicia, es mucho más complejo que el de las trilogías cinematográficas anteriores, algo que gratifica enormemente a todos. Sin duda, se trata de una gran dosis que claramente aplaca la gran decepción de los fans por The Book of Boba Fett (2021). Sin embargo, este aspecto no es suficiente y el producto ha sido duramente criticado por su falta de altura en términos generales. No importa que veamos a uno de los personajes preferidos de la saga, que nos metan a Darth Vader para dar más jugo al asunto o siquiera que nos guste el gran descubrimiento de Reva.

El gran hándicap siempre ha sido crear algo fresco habiendo ya puesto sobre la mesa todas las cartas: conocíamos el origen de todo y el desenlace. Sorprender se antojaba complicado. Pero eso no exime de hacer un trabajo concienzudo, a la altura de uno de los personajes más idolatrados por el fandom. Es verdad que Star Wars nunca ha sido el paradigma de la complejidad de guion o de la profundidad de sus personajes, que más bien ha viajado entre la narrativa simplona y los diálogos casi infantiles. Pero es una saga de culto que, en los exigentes tiempos actuales, merecía mucho más cuidado.