En el género de drama social, el cine español tiene grandes películas: Techo y comida (2015), Cerca de casa (2016), En los márgenes (2022), y ahora nos llega la séptima película del director Ibon Cormenzana con la misma temática. La película está dividida en doce historias cada una de un mes del año, con unas mismas protagonistas, madre e hija, en 12 meses, y el mérito es rodarlas todas en plano secuencia.
La primera media hora no tiene mucho interés, pero tal como va transcurriendo la película, y al ver el drama de una madre que se quedó sin marido, al cargo de una pequeña y sin trabajo y con poco dinero, va cogiendo fuerza. Cada historia va en aumento, en una película que retrata muy bien los millones de mujeres que están en la misma condición. Interpretaciones soberbias de Manuela Vellés y Sofía Otero, que ya demostró su talento en 20.000 especies de abejas.
Película que, de momento, no tiene premios y creo que igual no los tendrá, pero ya entra en el ranking de las 100 mejores películas del 2025. El final es un canto a la esperanza de tantas madres que, por quedarse solas y con una criatura, les desborda la vida. Película sencilla y grande a la vez, y con el mérito de cómo está contada, y como dice el título, Entre cuatro paredes.