Nos llega este remake. La primera fue en 1989 y tuvo mucho éxito, La guerra de los Rose. En esta es muy floja y, al menos, la guerra total entre este matrimonio no empieza hasta los últimos 20 minutos, incluso con pistolas y tiros, pero por lo menos el final es dulce.
Clásica historia romántica que empieza en una cocina de un restaurante, y es que el amor, cuando hay tantos ingredientes de tantas comidas, florece más. Este matrimonio tiene hijos, ella se hace una famosa chef y abre 7 restaurantes, y él construye la casa de los sueños para los dos enfrente del mar.
Los hijos se van a la universidad y ellos se quedan solos. Empieza la crisis del aburrimiento y de tener tanta riqueza; el amor se va diluyendo. Es la cuarta película de este año en la que las terapias de pareja están presentes.
Gran escena de varios matrimonios en la que la actriz principal hace una tarta y se la estampa a cada invitado en la cara. La película tiene muchos altibajos y, en vez de comedia, si hubiera sido drama, habría funcionado mejor. El mensaje de este largometraje: en el amor siempre hay solución, hay que hablar más de lo que uno siente por el otro, y al menos su director lo logra.
Lo mejor de la película es Olivia Colman, una todoterreno de actriz con papeles estelares en Pequeñas cartas indiscretas (2023), El imperio de la luz (2022) y El padre (2020). Está entre las diez mejores actrices actuales y, en el pódium, Meryl Streep es la número uno.
Es una película para pasar el rato y no entrará entre las 100 mejores del 2025.