El día 17 se anunciará qué película representará a España en los Oscar. Las tres finalistas: Sorda, Sirât y Romería. No sé qué criterio sigue la Academia para seleccionar las finalistas, pero si tuviéramos que analizar los últimos diez años, pasa como con los festivales: nunca ganan las mejores. Aquí, más de lo mismo.
Vamos por partes. Para mí, por encima de Sorda y Romería merecen estar antes El Cautivo, que se estrena el viernes; La deuda, que se estrena en octubre; o La buena suerte y Una quinta portuguesa.
El año pasado, como se esperaba, Segundo premio no pasó la primera ronda, y así le fue: participaron 85 países y fue un fracaso comercial, con solo 57.334 espectadores. Tuvo 11 nominaciones a los Goya y solo ganó tres.
El dato más anecdótico, curioso y profundo es que cada película que hace la directora Carla Simón la seleccionan para los Oscar: en 2017, Verano 1993; en 2022, Alcarràs; y este año, la recién estrenada Romería, la colocan en la quiniela de las tres seleccionadas. Las dos primeras de esta directora no pasaron la primera ronda, y es que el criterio de la Academia no está muy acertado. Solo hay que ver estos datos: en los últimos 24 años, solo ha habido una ganadora (Mar adentro) y dos finalistas (Dolor y gloria y La sociedad de la nieve).
Si es seleccionada, Sirât tiene mucho recorrido para pasar las siguientes rondas, donde quedan 15 finalistas y, después, las 5 definitivas para el Oscar.
Mi apuesta es clara: Sirât. Pero la Academia tiene un criterio muy particular. Solo hay que ver lo del año pasado con Segundo premio, que para mí no está ni entre las 5.000 mejores del cine español de la historia, y no entró en el ranking de las 100 mejores películas de 2024, obteniendo un puesto 450 sobre una base de datos de 900 películas analizadas.