Hace poco que está a la venta en formato físico Los 4 Fantásticos: Primeros pasos, película que hemos comentado en este portal y que goza de buenas críticas entre el sector. El reinicio de la familia de superhéroes ha funcionado muy bien en taquilla y se lo merece ya que tiene mensajes realmente buenos que se deben poner en valor, sobre todo en los días que vivimos en los que decir ciertas cosas puede llevarte a que algunos radicales intenten atacarte de forma furibunda por su ideología tan radical.
El director Matt Shakman, acompañado de sus guionistas Jeff Kaplan, Ian Springer, Josh Friedman, Peter Cameron y Eric Pearson han metido mensajes muy poderosos que coinciden con la valiente causa provida y con los métodos naturales a la hora de concebir hijos, dejando de lado otros cuestionables y amorales como la inseminación artificial o la fecundación in vitro.
Nada más empezar la película podemos oír este diálogo entre dos de los protagonistas: Reed Richards (Pedro Pascal) y Susan Storm (Vanessa Kirby) tras enseñar ella a él una prueba positiva de embarazo:
Reed Richards: Pero… esto no… lo intentamos dos años.
Susan Storm: Lo sé… lo sé cariño.
RR: Es que ya ni siquiera hablábamos del tema.
SS: Ya… y hablar no era la parte importante. No íbamos a poder nunca y lo teníamos asumido, ¿no?
RR: Estaba asumido pero… en fin… esto es mejor.
SS: ¡Sí… es mucho mejor!, ¿no?
RR: ¡Es genial!

Este diálogo es absolutamente esencial y clave porque en él se concentran varias cosas de una importancia casi imposible de describir. La primera, es que el matrimonio ha estado dos años intentando quedarse embarazada pero sin éxito, y que lo habían asumido como imposible. En ningún momento se habla del hijo como un derecho porque, sencillamente, no lo es. Lo intentaron, vieron que no podían y, sin forzar los cuerpos ni buscando métodos artificiales, decidieron hacer lo más difícil: asumir que no era posible. Un duro no, durísimo golpe para aquellos matrimonios que lo buscan con muchas ganas pero no son capaces de concebir, algo que si no se vive es muy difícil de entender para los que sí lo tienen, es un dolor muy intenso. Ellos lo habían asumido y dado el tema por zanjado, pero resulta que, al estar abiertos a la vida tras saber que no podría ser, se ha obrado el milagro. Porque la vida es un milagro y nunca se sabe cuándo puede llegar. No hay necesidad de citar a Dios, es algo tan sencillo como que algunas parejas lo logran y otras no, pero lo más importante es que la pareja debe estar unida pase lo que pase.
Lo segundo es que se da a entender que siempre lo han intentado con métodos naturales, esto es, con la unión matrimonial como único medio, sin acudir a otros métodos que pasan por encima de esa unión matrimonial e ignoran los derechos del embrión fecundado, una persona única con su código genético y, por tanto, un ser que debería ser protegido. Richards y Storm nunca han visto al hijo como un derecho sino como un don.
Un poco más adelante en el metraje hay una secuencia igual de reveladora: Richards se dispone a hacer una ecografía a su mujer, pero ella decide hacer transparente su vientre, viéndose perfectamente una realidad innegable (por mucho que a algunos les fastidie): lo que hay dentro es un bebé, un ser vivo, no un objeto: “¿Lo ves? No le pasa nada malo, es absolutamente perfecto”. Y por perfecto se refiere a que las mutaciones de los padres no le han dañado.

Y aún más adelante se produce el parto, uno de los más bellos e intensos vistos en la gran pantalla: en pleno vuelo espacial a una velocidad increíble. Una vez más, se ve que lo que sale del útero es un niño, un ser vivo.

La amenaza posterior a la Tierra es un punto de inflexión: el villano exige la vida del niño para dejar en paz al planeta, algo que sus padres rechazan por boca de la mujer: “Quiero presentaros a alguien. Este es nuestro hijo, Franklin. Se ha hablado mucho sobre él. (…) Sé lo que es formar parte de una familia completamente rota, nuestro padre no fue siempre un gran padre pero quería serlo, hizo lo que pudo, quería que estuviéramos juntos porque ser una familia consiste en eso, en luchar por algo más importante que uno mismo, en conectar con algo más importante que uno mismo. En tener algo más importante que uno mismo (…). No pienso sacrificar a mi hijo por este mundo… ni tampoco sacrificaré este mundo por mi hijo, lo afrontaremos juntos, lucharemos juntos y lo superaremos juntos, en familia”.

En esta película se apuesta fuertemente por la vida intrauterina dejando claro que es vida, que es un ser humano (jamás ha salido de una mujer una raza distinta), que está vivo y que es único e irremplazable. Que decir sí a la vida es un deber de todos, apartado de religiones y política. Que la vida es un don, un regalo, y que ser madre es un don, jamás un derecho. Es muy difícil aceptar y asumir que no se va a ser padres, pero a veces la vida es así y hay que aceptarlo, no siempre se nos da lo que deseamos. Y si llega, pues alegrarse por ello y cuidarla todo lo posible ya que lo merece y lo necesita.
Por todo ello recomendamos con énfasis ver Los 4 Fantásticos: Primeros pasos por no ser solo una estupenda cinta de acción y aventuras sino una película con mensajes provida y profamilia muy valiosos, además de una fuerte apuesta por los métodos naturales en detrimento de otros que no respetan al embrión.







