Una de las veinte temáticas más importantes es la de la cárcel, y en ella encontramos cuatro sobre mujeres: Pena de muerte (1995), un caso real de una monja que ayuda a un preso condenado a pena de muerte y que fue un caso real; Clemency (2019), una funcionaria de prisiones que se dedica a realizar ejecuciones en una prisión de máxima seguridad; Leonera (2008), la vida de una mujer que entra embarazada, nace su hijo y empieza una nueva vida en la cárcel.
Tres casos muy diferentes de la cárcel y las mujeres, cada una en una vertiente. Ahora nos llega desde Dinamarca —que hace un gran cine— la vida de una funcionaria de prisiones bastante idealista, que se enfrenta al dilema de su vida cuando un joven de su pasado es trasladado a la prisión donde trabaja. Papelazo de la actriz Sidse Babett, que demostró sus dotes en El juez (2015) y La doctora de Brest (2016), y que en esta película, de sus 49 películas, hace su mejor papel.
¡Qué bien retratado está el mundo de la cárcel!: parece una película a veces claustrofóbica y desde el primer minuto te atrapa con un gran guión, dirección, montaje y estilo narrativo. Los 100 minutos se pasan volando, y fue nominada en el Festival de Berlín y Gijón. Muy extraño que no ganara ni un premio, pues de las 300 buenas películas que hay de cárcel, esta está entre las 70 mejores, encabezando la lista la obra maestra Cadena perpetua (1994).
Condenados demuestra lo bueno que es el cine europeo y retrata muy bien la perdición, la justicia, el perdón, un drama crudo y violento sobre lo que el ser humano puede hacer por venganza y cómo el director es capaz de mostrar también la rendición. Como dice un funcionario de prisiones a su compañero: “No podemos salvar a todos. Hay buenas personas y malas; en esta película los buenos y malos a veces se confunden”.
Película que está entre las 70 mejores películas del 2024, con puntuación de 8 sobre 10.