En 2024 se estrenaron unas 440 películas iberoamericanas, pero a las pantallas del cine español llegaron muy pocas. Una de ellas es una pequeña joya del cine independiente argentino, rodada en solo 19 días.
Es una película que retrata con sensibilidad la vida de un padre con su hija. Él reparte todos los días garrafas de gas en una barca en el Delta del Tigre, una zona de ríos cercana a Buenos Aires. Viven en una casa humilde en ese entorno natural. Emma, su hija, está ensayando una obra de Shakespeare en el colegio y sueña con viajar a Londres.
Un día sucede lo impensado: la maestra le consigue una beca de intercambio cultural en Inglaterra. La idea de estar separados los desarma, y juntos tendrán que aprender otra forma posible de amar.
Se trata de una película minimalista, donde uno de los grandes protagonistas es el río, que da vida al largometraje lleno de naturaleza. El director logra que hasta los sonidos de esos parajes —los pájaros, los árboles— lleguen a la pantalla. La gente de este lugar es feliz, pero la adolescente desea salir de su microcosmos y ver mundo.
Gran mérito de su director, Germán Vilche, que todas las escenas hayan sido filmadas como planos secuencia. La actuación de Luthien Ramos —en su primera película— y de su padre, Sebastián Arzeno, que aún lidia con el duelo de su esposa, aporta gran fuerza a la historia: él habla muy poco, pero sus silencios y miradas transmiten una profunda emoción.
Destaca la escena en la que una vecina le dice a la protagonista: “Tú mira siempre adelante, no mires atrás”. Lo más logrado de esta película es precisamente la representación del amor incondicional de un padre hacia su hija, transmitido muchas veces solo con pequeñas palabras o prolongados silencios.
Con una narrativa pausada y visualmente poética, esta película entra en la lista de las 100 mejores películas del 2024. Fue ganadora del Golden Goats en el festival Ale Kino de Polonia.