La vida es una comedia, existen 70 que fueron casos reales de esta temática. Nos llega un caso real de la posguerra, que relata cómo se improvisó un banquete para los generales por orden de Franco y había pocas horas para prepararlo. Esto fue en el Hotel Palace de Madrid que era un pequeño hospital, los enfermos los tuvieron que trasladar. No había buenos cocineros, los chefs de prestigio eran de izquierdas, estaban en la cárcel, tuvieron que sacarlos, uno de ellos se negó a cocinar para Franco y en un minuto lo mataron. ¡Qué pena con el juego que hubiera dado el gran Antonio Resines! Gran guion, cocineros de izquierdas, camareros de la derecha y una orquesta de mujeres que cantaron “Soldadito español”.
Grandes momentos tiene esta película, el vino que toman Mario Casas y Alberto San Juan, que estuvo soberbio para limar sus diferentes puntos de vista políticos y brindar por la vida. A Franco lo querían envenenar los cocineros con mataratas, pero al final hubo cordura y se quedó con la escena de un chef que hace un pis en la sopera para Franco y a él le encanto su sabor. El menú fue de sopa de pescado, ternera y huevos a la aurora. Una película muy coral con muchos actores y llevan el peso de aquellos tiempos con dignidad, Mario Casas y Alberto San Juan, uno con un pasado oscuro y otro tuvo que aguantar los cuernos de su mujer, que se acostó con un superior -en la guerra todo vale- y el capitán le propuso poner un piso a él y a su mujer.
Humor negro total como la frase de Franco cuando le preguntan si pueden sacar los huevos y él contesta: “Los huevos los sacamos desde el 18 de julio”. Película muy amena, divertida, muy lograda la ambientación de aquella época, quizá le falto un poco que fuera una comedia más negra como ya lo hizo este director este año con la secuela, Un funeral de locos y con estas dos películas demuestra que está en un gran momento pues de sus largometrajes, estos están entre los dos mejores de su filmografía de las trece realizadas.
En el cine tenemos una gran película de banquetes, El festín de Babette (1987) que para mí está entre las cien mejores del cine mundial y La gran comilona (1973), película de culto, de cuatro amigos unidos por el hedonismo y el tedio más absoluto se reúnen en una mansión con la idea de suicidarse comiendo sin tregua.
La cena ya está entre las cien mejores del 2025 por muchas razones, caso real y muy divertida. Entra en el ranking de las 300 mejores comedias del cine español. Ganó recientemente como mejor película el Festival de Begur de comedia. Entre las mejores 25 mejores películas del cine español está Espérame en el cielo (1988) con Franco como protagonista, con el actor Pepe Soriano que hizo de un Generalísimo perfecto y este era el guion en España, finales de los años 40: Paulino Alonso es un hombre corriente, propietario de una ortopedia, que por su casual parecido con el dictador Francisco Franco es raptado y entrenado para la operación Jano. Su familia le da por muerto, e invocan su alma por medio del espiritismo con resultados negativos, lo que les hace sospechar que está desaparecido, pero no muerto.
GUION
Dos semanas después de acabar la Guerra Civil, Franco solicita una cena de celebración en el Hotel Palace. Un joven teniente, un maître meticuloso y un grupo de prisioneros republicanos expertos en cocina, deben preparar un banquete impecable en tiempo récord. Todo parece ir sobre ruedas, pero en la cocina se trama algo más que un menú. La fuga está servida.