Como se podría esperar del cine japonés, se trata de una película lenta y contada con una gran sencillez, con fotografía maravillosa, nítida y gran parte de la película está encuadrada en la naturaleza, con un río de fondo que penetra en el espectador por su gran sonido.
La historia de un amor imposible, de un tornero que talla árboles y por su trabajo nómada, conoce a una aldeana y se enamoran. Gran escena del ritual de la niña por todo el río, poesía pura. su director transmite una gran belleza en esta película del género fantástico.







