La esperada secuela de la película de culto Cloverfield (2008) llega al fin a los cines. Nos encontramos, sin embargo, con un film que poco tiene que ver con el original y que sorprenderá al público. La crítica especializada la considera mejor que su antecesora.
Título Original: 10 Cloverfield Lane |
SINOPSIS
Michelle se despierta encerrada en un búnker subterráneo donde Howard, su captor, afirma mantenerla allí para salvarla de un supuesto ataque nuclear o extraterrestre en la superficie. Con ellos está Emmett, un vecino que se ha encerrado voluntariamente en el refugio y que parece corroborar la historia de Howard. La tensión de la convivencia y la constante duda acerca de lo que realmente pasa en el exterior son el eje de una trama que acaba estallando en un inesperado desenlace.
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CRÍTICAS
[Álvaro Díez. Colaborador de Cinemanet]
No se puede hablar de esta película sin hacer referencia a su antecesora. Aparentemente tienen poco en común, y el contraste más evidente es la forma en que están grabadas. Mientras que Cloverfield (Monstruoso en España) usaba el formato del found footage al estilo de REC (2007), este segundo film usa un formato convencional. Dado el gran éxito de la primera película suponía un auténtico reto generar un producto a la altura de las elevadas expectativas del público, y sus creadores han optado por ofrecer algo diferente, algo nuevo. Algo que, quizás, no sea del todo una secuela.
10 Cloverfield Lane se basa en tres ideas fundamentales. Primero, el sentimiento de duda permanente de todos los personajes. Todos dudan de algo. La gran pregunta es: ¿qué está pasando en la superficie? La otra es: ¿está loco el dueño del refugio? Fruto de esta incertidumbre permanente nacen la tensión y el miedo, que son el segundo gran eje vertebrador del film. Howard (John Goodman) es quien causa más temor, más incluso que lo que pueda estar pasando en exterior, como la trama demostrará. Quién más se le enfrenta es Michelle (Mary Elisabeth Winstead). El tercer personaje, Emmett (John Gallagher, Jr.), es débil e intenta hacer de árbitro entre un hombre al que teme pero al que debe la aparente salvación, y una mujer por la que se siente atraído y que sabe que desconfía de Howard y de sus palabras. El último pilar, el que hace que la situación evolucione, es la inquebrantable búsqueda de la verdad y de la libertad por parte de Michelle y en menor medida por Emmett, frente a un enajenado Howard que vive en el mundo que siempre había deseado. Toda la película recuerda poderosamente a Misery (1990)
La película juega constantemente con la ironía. Por ejemplo, a través de la música. En el refugio hay una jukebox en la que a lo largo de la película sonarán tres canciones. La primera de ellas, I Think We’re Alone Now de Tommy James & The Shondells, es una clara referencia a la situación en que se encuentran los tres protagonistas. Venus, de Frankie Avalon, es un guiño a la obsesión de Howard con Michelle, como vemos en los versos: Venus if you will//Please send a little girl for me to thrill//A girl who wants my kisses and my arms//A girl with all the charms of you. La última canción, Tell Him de The Exciters, hace de nuevo referencia a esta relación enfermiza, pero va dirigida a Michelle: Tell him that you’re never gonna leave him//Tell him that you’re always gonna love him//Tell him, tell him, tell him, tell him right now. También resulta irónico que el típico loco de película americana que encierra a gente, quizá por una vez tenga razón.
Una de las características principales de 10 Cloverfield Lane es que solo cuenta con tres personajes. Esto resulta arriesgado, pero en la película se explota muy bien. La consecuencia inevitable es que acabamos conociendo bien a Michelle, Howard y Emmett, sus puntos fuertes y débiles. Cada personaje tiene unos atributos propios que lo diferencian de los demás. Howard quizá sea el más perfecto de todos los personajes. Tiene todo el aspecto de un psicópata y está obsesionado con Michelle, pero no la ve como a un objeto sexual, sino como a su hija perdida. A lo largo de diferentes diálogos nos damos cuenta de que el ya envejecido y desgastado personaje tiene un pasado misterioso y que siente una nostalgia extraña por su hija, que lo abandonó junto con su esposa años atrás. Así, el personaje encarnado por Goodman es original y ambiguo, y su paternalismo exagerado y ansias de control son un punto de constante desequilibrio a lo largo del film.
Mientras, el extremo opuesto lo representa Michelle, que se caracteriza, como decíamos antes, por una insaciable ansia de saber la verdad y de ser libre que la acabará salvando. Su mayor ventaja es que nunca se rinde. En ningún momento de la película deja de estar atenta a las cosas. Emmett, como hemos ido adelantando, es un personaje más bien débil, que al principio del film está claramente subordinado a Howard y que intenta mantener un ambiente de concordia en el búnker. Poco a poco le irá llamando la atención cómo es y cómo vive Michelle, y la acabará siguiendo hasta las últimas consecuencias. Es el único personaje que evoluciona, y sin duda el más redondo de los tres.
Hay una pregunta ante la cual cada personaje refleja su naturaleza: ¿Qué lamentan no haber hecho cuando aún vivían en la superficie? Michelle, que es la que tiene más carácter, no da mucha información sobre su vida a ninguno de sus compañeros, aunque va cogiéndole confianza a Emmett. Emmett en seguida explicará a la chica sus frustraciones, porque es un personaje mucho más abierto. Pero lo que más destaca es la respuesta de Howard: afirma haber hecho todo lo que quería, y que lleva años preparado para «este momento».
Con estos tres personajes se forma una especie de extraño triángulo amoroso que genera unas tensiones brutales. El gran suspense de 10 Cloverfield Lane bebe primero de los roces entre Howard y sus «invitados», y en segundo lugar de la estresante necesidad de subir arriba y comprobar qué ha pasado. A Michelle no le basta con que le digan que ha sucedido «algo», no le bastan las pruebas que tiene en el refugio. Prefiere subir y arriesgarse a morir antes que vivir esclavizada allí abajo. Finalmente, no debemos dejar de valorar la excelente ambientación del film. El refugio está bien recreado y parece un lugar muy acogedor, con comodidades tales como agua caliente, sofás, cocina y televisión con reproductor de vídeo.
Hay un último aspecto que merece un comentario específico, y es el de si nuestra película es realmente una secuela o no. Haciendo un poco de investigación por Internet descubrimos que hay un cierto debate. Y es que hay muchos fans de la primera entrega que están atentos a todos los detalles. J. J. Abrams, productor de las dos Cloverfields, ya explicaba en una entrevista de la Entertainment Weekly que 10 Cloverfield Lane no era exactamente una secuela, sino una «sucesora espiritual». Habría elementos en común pero en realidad la historia estaría desligada. Por eso se llama como se llama, y no «Cloverfield 2». No daremos más detalles para no destripar el misterio. Algunos usuarios de la red se han atrevido a afirmar que en realidad 10 Cloverfield Lane se trata de otra película que ya estaba acabada y que para promocionarla le añadieron el ítem «Cloverfield» al título. No creo que sea el caso, pero no debemos descartarlo.
En resumen, 10 Cloverfield Lane es una película original y entretenida, donde el elemento clave es el suspense, la tensión constante que se mantiene a lo largo de todo el film. Esta ambigüedad está muy bien lograda y consigue hacer que el espectador siga dudando hasta el mismísimo desenlace. No se da nada por hecho, hay muchos elementos imprevisibles. Es una película que sorprende y que sin duda recomiendo ir a ver. Pero se avisa a los fans del film original: no esperéis una continuación, porque nos encontramos antes un producto nuevo que sólo sutilmente podemos vincular a la Cloverfield original.
[Pilar Madrigal. Colaboradora de Cinemanet]
El director de esta producción de J.J. Abrams es el novel Dan Trachtenberg, que se maneja muy bien con la cámara en todo tipo de planos, cortos y largos. Nos transmite un ritmo del relato inteligente y dosifica todo ese suspense que mantiene a los espectadores literalmente pegados a la butaca. Si eligiéramos bastantes de los miedos que acechan a las personas y los combináramos con cuidado (“agitado, no batido”, como diría Bond) el resultado sería esta intrigante película repleta de sorpresas y sobresaltos.
Como contrapunto, el guion plantea temas serios como los malos tratos y la violencia dentro del seno de las familias, el valor necesario para afrontarlos o incluso huir a tiempo. El miedo al fracaso cuando tienes que viajar lejos, el apego a lo conocido con la tranquilidad de estar rodeado de amigos y familiares son también temas que toca la cinta. Los guionistas colocan a los personajes en situaciones difíciles de muchas clases y los adornan con arrojo, inteligencia y lógica para encontrar soluciones. Y el tema de la libertad siempre presente, aunque parezca obvio decirlo. Puesto que la acción se basa en la falta de ella conseguirla por todos los medios se convierte en lo fundamental.
Tal vez el film es un poco largo, con menos minutos podría haber bastado, pero lo salva el buen hacer casi teatral de los actores. John Goodman es fabuloso, trasciende su físico. Sus dos acompañantes son desconocidos para el gran público pero están a la altura (o, siendo bajo tierra, sería más correcto “a la profundidad”… de sus papeles).
Para no hacer spoilers, cabe remarcar que la fotografía es una preciosidad, desde los momentos más intimistas -plagados de detalles en los que la cámara de Trachtenberg recrea objetos sobre una mesa, la manicura de ella, miradas cargadas de sentimientos reprimidos- a imágenes aéreas de una naturaleza que enamora. Bear McCreary hace un trabajo memorable con su banda sonora, y lo percibes desde las primeras tomas. El compositor elige contrapuntar cada tensión, la huida, el accidente… la música es el medio para tomar tus emociones de la mano y llevarte lejos.
En resumen muy recomendable para todo amante de las emociones y el suspense. Recuerda al estilo de Hitchcok con unas cuantas revoluciones más, trepidante y moderna en apariencia y muy reflexiva en el fondo. Incluye superación de traumas y mucho esfuerzo por la supervivencia. Y la constatación de que a veces los héroes se esconden entre personas en apariencia muy normales hasta que se ven enfrentadas a retos que les superan. Éste es el caso de “Calle Cloverfield 10”.
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