En los últimos años se están haciendo grandes películas del cine rural. La inocencia (2019) de Lucía Alemany y, este año, La abuela y el forastero de Sergi Miralles y la más reciente Tierra baja de Miguel Santesmases.
La película transcurre en el bajo Aragón, en una masía y los colindantes, y aparece como la capital de esta comarca Alcañiz; habla de la soledad, de la crisis existencial del ser humano y de las segundas oportunidades que siempre da la vida, aunque sea una tragedia y para eso a veces hay que bailar, como hace Pere Arquillué en casi una escena calcada de Zorba el griego (1964), donde Anthony Quinn hace una de las escenas más memorables del cine con la danza griega.
Película muy poética e intimista que, prácticamente, Aitana Sánchez Gijón sostiene con sus miradas, silencios, lloros y recuerdos. Habla de la soledad de la vida rural, donde son felices como dice Aitana “Salgo por el pueblo y conozco a todo el mundo y en ciudad hay mucho silencio, mucha tristeza”. Los personajes se sinceran, el actor principal le confiesa que su mayor error de su vida es haberla dejado escapar.
Hay una escena maravillosa de ver el amanecer mirando los olivos y escuchando el silencio y en fondo el ruido de los pájaros. En la despedida de la actriz, Aitana le dice lo mismo, su mayor error es haberlo dejado escapar hace 20 años; los dos se abrazan, ni un beso, pero qué abrazo… Es una película que con los silencios va aumentando la calidad porque Aitana, aunque ya no es joven, es más bella que nunca. La película tiene una música que cautiva.
Como en aquella película ya de culto, francesa, Un hombre y una mujer (1966), de la que veinte años después se hizo una segunda parte y en 2019 una tercera, la película habla de estas segundas oportunidades y de los fracasos que también hacen crecer. Película de vida rural que retrata un bajo Aragón con su tierra, las trufas, los olivos, el vino, el agua y hasta una escena con una jota aragonesa cantada. Película que se ha estrenado en pocas salas, qué pena. Las mejores películas son las más sencillas y ésta lo es, con una Aitana que borda la película desde el minuto uno hasta el final.