El cine no es precisamente amable con la Iglesia católica y no es difícil encontrar películas en la que la institución más grande del mundo y con mayor número de fieles sufre ataques, tanto como institución como hacia sus miembros. No vamos a citarlas aquí por no darles más difusión, todos sabemos cuáles son y sus claros vacíos argumentales.
Por fortuna no todos los guionistas ni los directores sucumben a esa tentación de meterse, de forma justificada o no, con la Iglesia, y algunos optaron por darle un tratamiento adecuado, sin necesidad de hacer cine estrictamente religioso. Vamos a repasar las más famosas.
- Sonrisas y lágrimas (Robert Wise, 1965)
Clásico de entre los clásicos, lo ponemos en primer lugar de forma más que merecida. El fabuloso filme de Robert Wise con guion de Ernest Lehman tenía un reparto de lujo encabezado por Julie Andrews y Christopher Plummer (aunque este segundo reniega de la película, una pena). La sinopsis: “La vida de María, una joven novicia austriaca, cambia cuando tiene que cuidar de los siete hijos del capitán Von Trapp, del que se enamorará”. Dicha frase podría dar lugar a una película contra las novicias, el noviciado y el mundo de los santuarios en general, pero todo lo contrario, la Iglesia y más concretamente, las monjas, son tratadas con una dignidad digna de todo elogio. Especialmente notoria es la frase que un personaje le dice a la protagonista avisándola de que un convento no es un refugio para huir de un futuro al que no te quieres enfrentar, y que si Dios no te llama para ser monja no pasa nada, la vida matrimonial es otra forma maravillosa de entregarte a Dios cuidando la familia.
- Sister Act (Una monja de cuidado) (Emile Ardolino, 1992)
Seamos sinceros: Whoopi Goldberg en el papel de una monja de mentirijilla tenía todas, absolutamente todas las papeletas para resultar en un filme sin respeto alguno por la Iglesia. En manos de un director sin talento habría sido un desastre para olvidar, pero por fortuna no fue así y Emile Ardolino, con guion de Paul Rudnick, pergeñaron una comedia musical con más actores sensacionales, entre ellos Maggie Smith y Harvey Keitel. Sinopsis: “Deloris Van Cartier es una mediocre cantante de cabaret. Su amante Vince ha cometido un crimen, y ella decide acogerse al programa policial de protección de testigos. Así, Deloris consigue una nueva identidad como monja en un convento que, tan sólo con su presencia, perderá su habitual tranquilidad”. Si alguien se pensaba que la vida de las monjas era aburrida o demasiado seria que se vaya quitando esa idea de la cabeza porque son de las personas más cariñosas y alegres que hay en este mundo, y esa felicidad tiene un sentido: están llevando a cabo su vocación, que es servir a Dios y la oración, y nada te puede llenar más de alegría que saber que estás sirviendo a Dios tal y como él te llamó a hacerlo.
Tanto Sister Act como su secuela muestran un respeto enorme hacia la Iglesia católica y además con estupendas canciones porque, recordemos, “quien canta, reza dos veces”, como se le atribuye a San Agustín. Insistimos, son dos películas divertidísimas y, atención, habrá tercera entrega, en teoría este 2025.
- El hombre de acero (Zack Snyder, 2013)
Podría parecer fuera de lugar meter aquí a la adaptación de Superman hecha por Zack Snyder y con guion de David S. Goyer, pero tiene su sentido. Sinopsis: “Con la inminente destrucción de Krypton, Jor-El y su mujer buscan una manera de preservar su raza y envían a su hijo a la Tierra para que viva entre los humanos. El bebé llega a una granja de Kansas, donde es criado en los valores de sus padres adoptivos, Martha y Jonathan Kent. Para la sorpresa de sus padres, el joven Clark empieza a desarrollar poderes sobrehumanos. Al llegar a la edad adulta, Clark Kent descubre que esos poderes representan una esperanza para el mundo”.
Primero, el increíble parecido que tiene el guion con la vida de Jesucristo, reconocido por el mismo director: 33 años en la Tierra, “me entrego para salvar a la humanidad” frase del protagonista… pero es que aún hay más: segundo, porque Clark visita a un sacerdote para pedirle consejo en un momento muy delicado. Podría visitar a cualquier autoridad política o moral no relacionada con la religión, pero elige a un sacerdote católico, ¿por qué será? Y el sacerdote le da uno de los mejores consejos posible, “a veces, cuando la confianza falla, hay que hacer un acto de fe”. No se le puede dar mejor tratamiento a la Iglesia.
- Gran Torino (Clint Eastwood, 2008)
Sinopsis: “Walt Kowalski, un veterano de la guerra de Corea, es un obrero jubilado del sector del automóvil que ha enviudado recientemente. Su máxima pasión es cuidar de su más preciado tesoro: un coche Gran Torino de 1972. Es un hombre inflexible y cascarrabias, al que le cuesta trabajo asimilar los cambios que se producen a su alrededor, especialmente la llegada de multitud de inmigrantes asiáticos a su barrio. Sin embargo, las circunstancias harán que se vea obligado a replantearse sus ideas”.
Tito Clint dirige y protagoniza esta obra maestra que tiene una parte muy importante de religión: un sacerdote ejerce de consejero y guía espiritual hacia el protagonista y le da consejos absolutamente realistas. Como siempre, es fácil caer en la burla y el ridículo al tratar temas eclesiásticos si no se está bien formado, y Eastwood y sus guionistas demuestran saber moverse bien en estos terrenos. “Enfrentarte a ellos no te dará la paz que buscas” o “puede que sea un virgen de 28 años, pero sé lo que es el perdón” son frases magníficas entre otras muchas dichas en el momento adecuado.
- El exorcismo de Emily Rose (Scott Derrickson, 2005)
La Iglesia católica tiene sus peros y es una realidad ya que no solo es divina sino humana, y la parte humana comete errores, todos los días y a todas horas. Por eso es necesario que rinda cuentas ante los tribunales cuando se cometen delitos, por fortuna pocos, pero se cometen. Es exactamente lo que aborda este filme, muy duro y exigente, pero logrado: “Emily Rose sufre alucinaciones y pérdidas de conocimiento. Católica devota, decide someterse a un exorcismo dirigido por el padre Moore. Al morir la joven durante el aterrador acontecimiento, acusan al sacerdote de homicidio”.
No se trata de hablar siempre bien de la Iglesia, sino de ser respetuosos y justos con ella. Porque la Justicia no es siempre dar lo mismo a todos, sino dar a cada uno lo que corresponde, y a veces la Iglesia necesita correcciones, que es de lo que trata este filme. ¿Hizo correctamente el sacerdote el exorcismo de la fallecida Emily Rose? ¿No pudo haber negligencias que llevasen a la joven a la muerte? ¿Fue todo culpa del sacerdote? Interrogantes que plantea el filme de una forma muy convincente y respetuosa.
- La aparición (Xavier Giannoli, 2018)
Comentada en esta web, la película de Xavier Giannoli con guion suyo no es una película religiosa en sí sino un filme sobre una investigación y cómo un periodista la lleva a cabo para la Iglesia católica, y lo cierto es que el guion lo lleva con gran acierto: la investigación debe ser objetiva y exhaustiva, y si aborda temas incómodos pues “así es la vida”. El gran acierto es aunar fe y razón porque no se trata de negar el testimonio de la joven que asegura haber visto y oído a la Virgen ni de darle credibilidad total por ser religiosa, sino de saber si dice o no la verdad. Por el camino, el protagonista sufrirá una transformación interior como no podía imaginar.
Un filme hecho con delicadeza y sinceridad que merece la pena ver en cinefórum para ser analizado.
- Como Dios (Tom Shadyac, 2003)
Otra película que puede sorprender porque tiene a Jim Carrey y este genio del humor poco se toma en serio (aunque tiene sus excepciones como la fabulosa El show de Truman, de Peter Weir, año 1998), pero en los diálogos encontramos frases que describen perfectamente la doctrina de la Iglesia, sin contar con las situaciones en las que la gente reza, ¡reza sin complejos y se ve en pantalla claramente!
Diálogos como “puedes hacer lo que quieras salvo obligar a la gente a quererte”, “¿cómo puedo hacer que ella me quiera sin obligarla?”, “bienvenido a mi mundo, si lo descubres avísame” son absolutamente geniales porque el mensaje es claro: Dios, pudiendo obligar al hombre a creer en Él y amarle, elige no hacerlo, es pura voluntad del hombre hacerlo. Pero hay muchos más como “¿vas a culpar a Dios de lo malo que te pasa?”, pero si nos pasa algo bueno es gracias a nosotros…
Es verdad que tiene algunas escenas no especialmente morales, pero en lo relativo a la fe y la moral cristiana no resulta ofensiva hacia los creyentes y tiene enseñanzas positivas, como que conceder todo lo que se pide puede no ser positivo siempre y las cosas pasan, o no, por un motivo que nosotros no podemos entender pero debemos aceptar.