Debut de Valentine Cadic en su primer largometraje y ganadora del festival Cinema Jove de Valencia y del premio a mejor largometraje de cine independiente de Buenos Aires. El único defecto de esta película sencilla y maravillosa es que solo dura 77 minutos. Trata sobre una mujer buena, llena de sentimientos, que parece que nunca ha roto un plato.
Transcurre toda en París, durante los Juegos Olímpicos, en las calles, en los parques, en la casa, con escenas maravillosas como dormir en el balcón tres mujeres, o el amor romántico de unos días con un empleado de los Juegos Olímpicos, con unos diálogos poéticos. ¿Cómo es posible que una película que casi no tiene nada te vaya atrapando y solo tengas ganas de que no termine? Te vas enamorando de Blandine Madec, la actriz principal, sensible, que toca el piano y le gusta la soledad, el mar y vivir sola.
La interpretación de Blandine Madec es una delicia, tierna y divertida a la vez. Destaca también la dirección y la puesta en escena de un París diferente, donde las manifestaciones, celebraciones y escenarios deportivos aportan un contexto casi documental a la fábula que vive la protagonista.
Una película fresca, con humor, ternura, donde los personajes van sorprendiendo, y que cuenta con un gran guion narrativo. Refleja otras películas veraniegas: La virgen de agosto (2019) en Madrid, Cuento de verano (1996) o la película de culto Primavera, verano, otoño, invierno y primavera (2003).
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