The Bear (3ª temporada) | «Cada segundo cuenta»

José Martín Goenaga

Cinéfilo por afición, me gusta seguir de cerca la actualidad cinematográfica para comprender mejor a la sociedad actual y valorar la idea que esta transmite sobre la persona humana y sus circunstancias.

Después de enfrentarme a la 3ª temporada de esta serie que no para de crecer, me viene a la mente aquella 1ª temporada, aquel estreno arriesgado pero muy bien realizado, con un ritmo frenético (tanto que conozco a gente que no la ve porque le estresa) y una calidad de fotografía y de música sobresaliente. Pues esta tercera entrega, sigue el mismo paso, aunque combina episodios rápidos y estresantes con episodios más tranquilos y pausados, incluso meditativos cabría afirmar. Mucha energía, mucha calidad, temas humanos profundos, pasando de lo profesional a lo personal de manera constante y con mucho acierto.

Ahora bien, y me parece que ya lo he comentado en mis anteriores publicaciones sobre la serie, el lenguaje, muy a menudo, sobre todo en ciertos capítulos, sobrepasa, y mucho, los límites de lo decente. Blasfemias (sin buscar la ofensa pero ahí están) por aquí y por allá, tacos a discreción, lenguaje chabacano, etc. Entiendo que el propósito es transmitir ese estrés que hay en las cocinas de los restaurantes y entre las personas cercanas, con las que pocas veces nos reservamos esos malos comentarios y críticas, pero es que hace que la serie, para un gran público, no sea ya recomendable al 100%.; se hace obligatorio el previo aviso de que el lenguaje, muchas veces, no es el mejor, ni mucho menos.

Pero, dicho esto, el guión es espectacular: la rapidez de algunos diálogos es realmente enmarcable, los cambios de ritmo entre escenas y entre capítulos es todo un ejercicio de experimentación audio-visual (nunca mejor dicho). Hay un diálogo en particular que se sostiene con puros monosílabos y que parece un partido de tenis de mesa, es alucinante. Bajo mi punto de vista, muchos de los actores principales y secundarios se merecen nominaciones a todo tipo de premios, pero veo que estas ya son tantas, que sería abusivo seguir nominando a actores y actrices de esta serie.

Hay quizá algún que otro capítulo u escena que, tal vez, se puede hacer algo más tedioso, pero creo que cumplen su papel de desacelerar el ritmo vertiginoso que la serie suele llevar sobre sus espaldas. Hay comedia, drama, un romanticismo doloroso, episodios donde las personajes sufren graves crisis y se vuelven a levantar, etc.

Me parece una serie que ha conseguido marcar una nueva línea en las producciones televisivas. Tiene muchísimos elementos muy creativos, cuida cada escena al detalle (aunque esté todo, literalmente, volando por los aires), la fotografía y la música independiente y exquisítamente seleccionada siguen ahí, no han decaído ni un milímetro desde la primera entrega.

En definitiva, en su tercera temporada, The Bear ha conseguido mantener el trabajo bien hecho con el que se dió a conocer, aunque también se ha prolongado el lenguaje soez y burdo, con el que no todos los públicos estarán dispuestos a lidiar, y se entiende. Veremos cómo sigue la 4ª temporada, que ya veo que también está llena de nominaciones a diestro y siniestro.