Sinopsis
Basado en el relato de Stephen King, cuenta tres historias relacionadas con el personaje Charles Krantz, en orden inverso: desde su muerte por un tumor cerebral a los 39 años hasta su infancia en una casa supuestamente encantada.
Crítica
La vida de Chuck | Una joya existencial
Sacar a relucir a Mike Flanagan junto a Stephen King puede despertar opiniones y expectativas encontradas. ¿Quién iba a imaginar que su encuentro en La vida de Chuck nos daría semejante obra de enorme valor? Estamos ante una pieza delicada, humana y esencialmente vitalista que rompe los esquemas preconcebidos sobre ambos autores de terror. Alejada del mero terror convencional, la película es un regalo poético que explora la memoria y la fragilidad, así como celebra la vida en su concepción más pura, entrelazando su inseparable sentido con la muerte.
The Life of Chuck se estructura de manera inversa, comenzando desde el final del protagonista, fabulosamente encarnado por Tom Hiddleston. El personaje muere a los 39 años injerto en un universo que se derrumba a su alrededor. Este apocalipsis no florece como juicio escatológico humano, sino que ofrenda un reflejo interno de la pérdida, el duelo y la finitud de Chuck. Flanagan narra en tres actos que se extienden contra la lógica del tiempo, intentando edificar, por medio de los recuerdos, un relato vital que trasciende a lo material. Esta conciencia formal del cineasta es tan arriesgada como efectiva, ya que la inversión de la línea temporal presiona al espectador a conectar emocionalmente e racionalmente con un final que a todos llega y en gran medida aporta sentido a la misma biografía que arrastramos.
El director da un giro respetuoso y al mismo tiempo muy personal al material original de King, que desde 2020 ya apuntaba a un cambio en la mirada del maestro del terror hacia relatos con mensaje vitalista. La película no teme mostrar su lado luminoso, incluso optimista, sin sacrificar la complejidad emocional ni renunciar a las raíces del género de suspense que caracterizan a Flanagan. La dirección apuesta por planos cálidos, una fotografía bañada en ocres y dorados que parecen abrazar a los personajes, y sobre todo una puesta en escena pausada y precisa que convierte la contemplación en una fuerza narrativa esencial.
En La vida de Chuck es crucial inmiscuirse en el centro emocional que nutre absolutamente Hiddleston. Nos regala una actuación contenida, a través de gestos mínimos que están llenos de significado, aportando a la existencia de su personaje un tono de resistencia frente a la nada. Especial atención merece la escena del baile central, uno de los grandes símbolos narrativos que será estudiado con el tiempo por huir del mero lucimiento al abrazar la plasticidad de una alegría que es ontológica. Al lado de Tom está un reparto tan sólido como el que forman Chiwetel Ejiofor, con su humanidad matizada, Karen Gillan, equilibrando fuerza y ternura, y un Mark Hamill que sorprende con un rol introspectivo alejado de sus icónicos personajes.
El filme se ubica en una esfera poco manoseada por Stephen King, nace y crece en el metraje como reflexión sobre una muerte que es universal y fiel compañera de viaje del sentido de la vida de la persona humana. Flanagan diseña una especie de fábula que canta a la finitud que en sí misma afirma la existencia. Es, en cierto modo, un canto a exprimir cada minuto como celebración que ha de ser compartida. Fijémonos en ese concepto de bailar mientras todo se acaba, es una invitación a la esperanza aun con sufrimiento y enfermedad.
The Life of Chuck es una rara avis dentro del género y la industria cinematográfica contemporánea. Aparece como una deliciosa rareza que abraza la melancolía con una intensidad inusitada en estos tiempos, e invita con fuerza al espectador a tener conciencia plena del valor de su propia existencia. Es una mezcla entre cine de género y drama íntimo que vira en parte la evolución natural de un Mike Flanagan que ha arriesgado y ganado por entero. Se adentra de este modo en las conexiones humanas más primigenias, demostrando una vez más que el terror es también cauce para entender quiénes somos en realidad.
La vida de Chuck es una película de mucho valor, imprescindible para quienes busquen una experiencia distinta más allá de la tensión y el sobresalto. Su valor está en la valentía de desnudar el alma y en la capacidad de transformar la memoria y la muerte en un acto profundamente humano y cinematográfico. Una obra para amantes del cine que cuestiona el género y abre caminos nuevos con sinceridad y pulso artístico.
Ficha técnica

- Título Original: The life of Chuck
- Dirección: Mike Flanagan
- Guión: Mike Flanagan. Historia: Stephen King
- País: Estados Unidos
- Año: 2024
- Duración: 110 min.
- Género: Drama. Fantástico. Ciencia ficción | Fin del mundo. Sobrenatural. Casas encantadas. Baile
- Interpretación: Tom Hiddleston, Chiwetel Ejiofor, Karen Gillan, Jacob Tremblay, Mark Hamill,
- Productora: Intrepid Pictures, Red Room Pictures, QWGmire
- Música: The Newton Brothers
- Fotografía: Eben Bolter
- Estreno en España: 17 de septiembre de 2025