Con frases tan bonitas en este largometraje como “cada hombre tiene su destino», “los sabios deben hablar porque saben lo que dicen” o “la ley apoya a los pobres y huérfanos”, nos llega una película de western que se estrena casi de milagro. El western tuvo su época dorada entre 1950-1975; por ejemplo, sólo en 1968 se estrenaron 128 películas.
Buena película en lo narrativo, con buena música y una gran interpretación de Alec Baldwin que, con ésta, ya lleva 140 películas. La trama transcurre en 1882, eran tiempos en los que valía todo, si un banco se apropiaba de las tierras por no poder pagar el crédito, el dueño de las tierras asaltaba el banco y se convertía en forajido.
Detalla muy bien la profesión de cazarrecompensas, oficio que tenían algunas familias por generaciones… Esta película está dedicada a la directora de fotografía Halyna Hutchins, fallecida en el rodaje tras un disparo accidental de un arma manejada por Baldwin y el propio director Souza resultó herido. Este suceso arroja una sombra sobre el filme, que se presenta también como la culminación de un rodaje turbulento y una reflexión sobre la seguridad, la responsabilidad y el peso de la fama en el cine. Lo peor es su larga duración 139 minutos. Como dato interesante respecto a la importancia de éste género, en España tenemos el festival de western de Almería que data de 2011.







