Nos llega la sexta película de la directora venezolana Mariana Rondón, esta vez un dúo con Marité Ugás. Pocas películas habían retratado tan bien un tema candente en el mundo, el hambre. ¿Qué hace cuando una familia lleva muchos días sin comer? El miedo y la ética están en un mismo camino y todo vale.
La película está basada en un hecho real sucedido en Venezuela donde había un pequeño zoológico y varios vecinos se comieron un hipopótamo y otros animales por el hambre que tenían. La película se rodó en Perú, México y República dominicana y hace un homenaje a esta gente que, en estos países latinos y otros del mundo, el hambre ya es un problema mundial. Entre una película de suspense, intriga y a veces de terror, retrata unos personajes corales con un matrimonio como actores principales. El marido, todo el día con el prismático como en la película La ventana indiscreta (1954), y ella con un manojo de llaves como representante de la comunidad del edificio, entrando en los pisos que van abandonando y se comen hasta los peces que hay una pecera.
Para que fueran más reales los actores, en el rodaje tuvieron comida tipo dieta para entrar más en los personajes. Destacar la actuación de Daniela Ramírez que poco a poco se va transformando a falta de comida y cuando consigue unos trozos de sandía y se la come, las directoras logran que el espectador saborea esta sandía.







