Es una película romántica, drama y a veces un poco de comedia, dirigida a un público juvenil. La relación de una madre muy protectora con su hija cambia cuando un día recibe una llamada en la que le comunican que su marido ha tenido un accidente. Llega al hospital y se encuentra al marido de su hermana: ellos también han tenido otro accidente, iban los dos juntos, y los dos llevaban una doble vida. Clásica historia que ocurre en los hospitales, donde se enteran el día de su muerte de que existen otras personas que compartían también su otro hogar. Son los accidentes de la vida.
En esta historia se cuenta que, en el amor, a veces hay uno muy grande y siempre se escapa, porque no nos atrevemos a tirar adelante con todas las consecuencias y a escuchar más al corazón. La muerte de los dos seres queridos da una nueva oportunidad a dos personas que se amaron, pero que no se atrevieron a dar el gran paso para hacer más grandes sus vidas.
Gran escena final de la madre que le dice a su hija de 17 años que la valora, que haga con su vida lo que ella considere y que la quiere mucho. Deberíamos expresar más nuestros sentimientos, es muy sanador.
Película dulzona que, sin ser top, te va atrapando por los numerosos mensajes que da sobre las relaciones humanas, la familia y, ante todo, ese amor que siempre está presente en nuestras vidas y que a veces nos cuesta explorar.







