Título original: The princess and the frog. |
SINOPSIS
Comedia de animación que transcurre en Nueva Orleans. Los creadores de «La sirenita» y «Aladdin» nos traen un cuento clásico con un giro moderno: una joven llamada Tiana, un Príncipe convertido en sapo que desesperadamente quiere recuperar su forma humana y un beso que les lleva a una divertida aventura a través de los paisajes misteriosos de Luisiana.
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CRÍTICAS
[Jerónimo José Martín, COPE y Popular TV]
En 2006, Disney compró Pixar y puso al frente de su departamento de animación a John Lasseter, alma mater de la productora pionera en el 3D. Paradójicamente, su primera decisión fue reactivar los proyectos en 2D que habían cancelado sus antecesores. El primero que llega a la gran pantalla es Tiana y el sapo, versión libre del moderno cuento infantil The Frog Princess, de Ed Baker, inspirado a su vez en La princesa y el sapo, el clásico de los hermanos Grimm.
Nueva Orleans, 1912. Tiana es una joven afroamericana, de origen obrero y huérfana de padre, que sueña con abrir su propio restaurante. Cuando está a punto de lograrlo, irrumpe en su vida el príncipe Naveen, a quien el malvado doctor Facilier ha convertido en sapo. Tiana intenta deshacer el hechizo besando al batracio, pero el resultado no es el esperado.
La película padece un guión disperso, con demasiados personajes y un protagonismo excesivo del vudú, que propicia varias secuencias truculentas. Además, los números musicales, aunque bien resueltos, no tienen la magia y vibración de los mejores clásicos del mítico Estudio.
De todas formas, la trama resulta divertida, y ofrece reflexiones valiosas sobre la integración racial y social. Y, desde luego, su animación es magnífica, y confirma la alta calidad de sus diseñadores de personajes —como Andreas Deja— y de sus directores, Ron Clements y John Musker, responsables de obras maestras como La Sirenita o Aladdin, y de filmes sólo notables, como Hércules o El planeta del tesoro.
Un príncipe de nombre Naveen, es transformado en un sapo por el malvado mago vudú Dr. Facilier. El príncipe sapo le pide a una joven, de nombre Tiana, que lo bese para romper el hechizo.
Walt Disney recupera un clásico cuento de hadas, pero lo hace a su manera: un príncipe vanidoso y holgazán es convertido en sapo por un malvado hechicero y debe encontrar a una princesa que lo libre del encantamiento con un beso. Aquí entra en escena Tiana, la protagonista del film, una joven de familia humilde de Nueva Orleans, que ha trabajado toda su vida para hacer realidad sus sueños.
De la mano de los creadores de “Aladdin” y “La sirenita”, llega “Tiana y el sapo”, un musical en 2D que supone la vuelta de Disney a sus clásicos de siempre. El guión es una muy buena adaptación del cuento de la princesa y el sapo, en la que se introducen personajes secundarios que aportan un toque divertido a la película.
La banda sonora merece especial atención: la historia está contada en clave de jazz y blues, como no podía ser de otra manera al transcurrir en la ciudad que vio nacer al gran trompetista Louis Armstrong.
Sexta colaboración de Ron Clements y John Musker, responsables de títulos de animación como La sirenita o Aladdin. Con Tiana y el sapo entregan un clásico Disney en el más estricto sentido de la palabra. La animación tradicional, los números musicales, las enseñanzas morales, los personajes, la ambientación… Todo es un continuo recordatorio de quién está detrás de esta adaptación libre del reciente cuento infantil «The Frog Princess» de Ed Baker, inspirado en el clásico popular de los hermanos Grimm «La princesa y el sapo«. Como bien dice su productor, John Lasseter, «es un regreso al mundo intemporal de la animación a mano de Disney. Es un cuento de hadas sin edad (…) y sobre todo el tipo de emociones que siempre han distinguido a la animación Disney».
Tiana es una jovencita emprendedora y muy trabajadora de Nueva Orleans, que sueña con abrir su propio restaurante, ilusión que compartía con su fallecido padre. Cuando está a punto de conseguirlo, llega a la ciudad el príncipe Naveen, chico de los sueños de la mejor amiga de Tiana, y a quien el malvado doctor Facilier convierte en sapo. Naveen conoce, como todo el mundo, el remedio para poner fin al hechizo, así que cuando se encuentra a Tiana, que va vestida como si fuera una princesa, no duda en pedirle un beso. Ella accede, pero el resultado no es el esperado. Él sigue siendo un sapo y es ella quien se convierte rana.
La película supone un homenaje a la ciudad de Nueva Orleans, azotada hace pocos años por el huracán Katrina. Si los números musicales en cualquier clásico Disney son fundamentales, en este título se une un tributo al jazz gracias a personajes como el del príncipe o el simpático Louis. La gastronomía propia de la zona también está presente por las dotes de Tiana, así como algo muy típico de la ciudad, la brujería y el vudú, personificados en el malvado de turno, un doctor Facilier que recuerda poderosamente a Geofrey Holder, que interpretó al perverso brujo Tee Hee en el título Bond Vive y deja morir.
Tiana es la primera protagonista de raza negra en un largometraje de Disney. Incrementa así el toque multicultural de la factoría dado por personajes principales como la india Pocahontas o la asiática Mulan. El caso es que el espectador aprenderá junto a la estupenda Tiana la importancia de creer en los sueños y de luchar por ellos. Una lección que la protagonista recibió de sus padres, quienes también le enseñaron la importancia del amor.