Los responsables del Festival Internacional de Cine Erótico de Barcelona (FICEB), que se celebra desde hace nueve años en L’Hospitalet, van a tener que buscar una nueva ciudad para organizar sus espectáculos en directo y pases de películas pornográficas.
El Ayuntamiento de esta ciudad, en los límites con Barcelona, hizo público el pasado 26 de octubre una resolución, tomada por el pleno municipal del día anterior, en la que se deniega renovar el contrato que le vincula con la dirección del Festival para la celebración del mismo en el pabellón de La Farga, de propiedad municipal.
Tras una moción de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), el pleno decidió cortar con el único vínculo que unía al consistorio con el festival porno, la cesión del local. Pese a no dar un apoyo económico explícito a los organizadores, si les ayudaba implícitamente al colaborar con el alquiler de un equipamiento cultural pagado con el dinero de los contribuyentes.
Denigrantes y machistas
Las razones argumentadas por el grupo de ERC son bien simples y fáciles de entender: los espectáculos y películas exhibidos en este certamen son denigrantes y machistas, al utilizar la persona de hombres, pero sobre todo de mujeres, como mero objeto de deseo y disfrute sexual de otros.
El trato indigno de la persona humana y muy en particular de la mujer que se muestran en el FICEB son traducidos de forma hipócrita por los organizadores y defensores de este tipo de espectáculos como derechos de los participantes en esta industria.
La evolución del género que contempla el Festival “ha empezado a considerar a la mujer desde un punto de vista más activo, protagonista y participativo en el sexo, {…} lo cual no implica un trato degradante y machista. Considerarlo así es una falta de respeto para toda la industria de cine para adultos, para las personas que trabajan en ella y para los millones de consumidores”, dicen los responsables del FICEB en un comunicado de protesta por la decisión del Ayuntamiento.
Apoyo del tripartito
Los organizadores mostraron su “sorpresa” por la negativa del consistorio a mantener su apoyo al festival, criticaron la postura de ERC y, en el comunicado, argumentaron que la dirección del FICEB cuenta con el apoyo y reconocimiento de la Generalitat de Cataluña y del Gobierno tripartito.
La dirección del FICEB asegura en su nota que el certamen porno contribuye a la “campaña municipal de ‘Sexo Seguro’” y que tiene también el “apoyo explícito de la Dirección General de Salud Pública del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya y del Comisionado de la Alcaldía de L’Hospitalet para el Programa Municipal del Sida, por la ‘proclamación del uso del preservativo en el cine erótico’ realizada por el FICEB”.
El Festival cuenta con el “apoyo y reconocimiento de la Generalitat de Catalunya en su etapa del tripartito, la cual ha incluido a este Festival en sus campañas de promoción exterior sobre el sector del cine en nuestro país”, añade el comunicado.
Cabe felicitarse, pues, por la decisión, aunque tardía, del Ayuntamiento de L’Hospitalet y esperar que el ejemplo cunda. La decisión del consistorio demuestra que las movilizaciones en defensa de los derechos del ciudadano, en este caso de los ciudadanos de L’Hospitalet, hartos de pasear entre carteles de dudoso gusto anunciando el festival, pueden tener respuesta.