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ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET Dirección y guión: Rafael Gordon. |
SINOPSIS
La acción transcurre en un centro de rehabilitación para personas que han intentado suicidarse y están en riesgo de volver a intentarlo. Tres hermosas jóvenes, Ana, Silvia y Virginia, asisten a sesiones de terapia. En el transcurso de dichas reuniones, el espectador va conociendo la vacuidad y ausencia de rumbo de sus vidas, que las han llevado a desear la muerte.
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CRÍTICAS
[Maria Ángeles Almacellas – Cinemanet]
En la línea del mejor surrealismo, Rafael Gordon disecciona a tres mujeres quebradas por dentro y perdidas en una existencia sin sentido. A pesar de que el tema está vinculado con las teorías freudianas del psicoanálisis, la represión psicológica, los sueños y la sexualidad, no se trata de un análisis minucioso de cada una de las protagonistas. Más bien parece que el director observa con humor amargo y desengañado al absurdo del hombre de hoy, sus miedos y frustraciones. Hurga en el interior de sus atormentados personajes para hacer subir a flote el pensamiento más oscuro, sin ningún control de la razón, desde los más recónditos ámbitos del inconsciente, que encierran pánicos y deseos que sólo afloran en sueños y expresiones espontáneas e irreflexivas.
Se trata de unos personajes que son distintos entre ellos: Ana es la más cínica y fría, Silvia, la más amarga y desarraigada, Virginia, la más desvalida y desorientada. Pero lo que le interesa a Gordon no es cada uno de las mujeres en sí misma, sino el personaje colectivo. En este sentido, se puede considerar una película coral. Las tres mujeres esquizofrénicas, y, en un segundo plano, los tres hombres y los dos psicólogos, son el paradigma del hombre escindido, que no es capaz de responder a la llamada de la auténtica naturaleza del ser humano, su “verdad de hombre”, y se quiebra por dentro. Es el hombre de hoy, cuya ruptura no procede de una enfermedad endógena de la inteligencia, sino del hecho de formar parte de una sociedad como la nuestra, que anda desorientada y, a fuerza de buscar “el placer absoluto”, ha perdido irremisiblemente el rumbo de su realización personal y el control de su propia biografía.
El hombre, que se mueve exclusivamente en el nivel del hedonismo y de las pasiones enceguece para los valores humanos, de tal modo que no es capaz de captar el valor de las relaciones personales afectivas, generosas y desinteresadas y su vida se vacía de sentido. Casi inevitablemente, se despeña hacia niveles infrahumanos, que implican actitudes de desprecio e insultos humillantes (a sí mismo y a los otros), e, incluso, desciende al plano de atreverse a tomar la decisión de cortar de cuajo posibilidades de futuro, relaciones humanas, proyectos, sueños e ilusiones.
En el caso de Ana, Silvia y Virginia (así como de los tres hombres que asisten a la terapias), este nivel ha representado no el homicidio sino el intento de suicidio. Esta actitud infrahumana es contraria a la misma naturaleza del hombre, que es un ser-en-el-mundo, un ser-de-encuentro, que no deja jamás de sentir la nostalgia de una vida superior.
Al principio de Bellos Suicidios, después de los créditos, aparece una frase de John Cassavetes, cuya relación con la historia la entenderemos al final, cuando se llega a la sesión de terapia con Isabel y su niña: “Puedes vencer al miedo con humor, con dolor, con honestidad, valor, intuición y con el amor en el sentido más sincero de la palabra”.
Gordon hace una película con personajes freudianos, que se mueven en un nivel infrahumano, pero él es un humanista, conoce la verdad del hombre, y no puede dejar de entrever lo que sería la otra cara de la moneda. Gordon cree en la libertad y opta por ella incondicionalmente. Ninguno de sus personajes carece de libre albedrío. Teresa de Cepeda (Teresa Teresa) o Isabel de Castilla (La reina Isabel en persona) son dueñas de su destino. Porque el hombre es un ser libre, señor de su alma y de su vida.
Las palabras de Isabel en la terapia constituyen una acérrima defensa de la libertad, el compromiso y el esfuerzo personal. Todo hombre tiene un lugar único e irrepetible en la historia del mundo, pero trazar la propia biografía es responsabilidad de cada cual.
[decine21]
Buscando sentido
En un centro de rehabilitación para personas que han intentado suicidarse, tres chicas jóvenes, Ana, Silvia y Virginia, asisten a sesiones de terapia. En el transcurso de dichas reuniones, el espectador será testigo de la ausencia de rumbo en sus vidas, que las ha llevado a desear la muerte.
El guionista y director Rafael Gordon prosigue fiel a su estilo, altamente dialógico con proyectos muy singulares, alejados de los gustos del gran público. Si en sus mejores obras esto venía unido a una economía de medios fuera de lo común, tan minimalista tanto en la puesta en escena como en el escaso número de personajes -uno, en La reina Isabel en persona; dos en Teresa, Teresa-, ahora se muestra un pelín más 'generoso': la historia está protagonizada por tres mujeres y hay más de un escenario. Eso sí, vuelve a centrarse en el universo femenino, con un cierto aire de rodaje casero, prefabricado, siempre en estancias cerradas y poco naturales, pero en donde se cuidan mucho los colores y los encuadres.
Volvemos a estar ante un film de contenido 'gordiano', muy arriesgado por lo extraño y experimental, que va un kilómetro más allá del cine de 'arte y ensayo'. Porque el resultado se parece más a una colección de escenas con diálogos filmados, con parrafadas muy teatrales cuyas frases invitan al espectador a rebuscar un significado oculto y donde se ofrecen reflexiones deslavazadas sobre temas importantes de la sociedad moderna: enfermedades de un mundo opulento que invita al suicidio. Se habla de una falsa y literaria mitología suicida (los nombres de las protagonistas hacen referencia a Ana Karenina, Sylvia Plath y Virginia Woolf), de Dios y la muerte, de los traumas de la infancia, de la tristeza y el miedo, de la culpa… Pero Gordon nunca es claro, es casi surrealista, exigente, desconcertante a veces. En este caso, deja al espectador solo para que saque sus conclusiones, al hilo de las frases grandilocuentes de sus personajes, de sus historias, de lo que se dice, se entredice o no se dice…
Es de agradecer que exista este tipo de cine diferente, que se sale de la norma, pero hay que reconocer que esta vez, Gordon, otras veces tan certero, ofrece un discurso errático que no acaba de funcionar. La mayoría de las escenas resultan impostadas e incluso por momentos el conjunto puede resultar muy artificioso y pedante. Lástima que el trabajo del reparto tampoco sea demasiado sólido, aunque sí destaca la actriz Teresa Soria en su papel de Silvia.
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Hola MªAngeles. Pienso que esta crítica es muy pesimista y tremendista… No trasluce ningún tipo de fe en el ser humano. En cambio, se ve que miras a ese «hombre que se despeña a niveles infrahumanos» con una superioridad, como si estuvieras en un nivel superior… porque quizás tienes la suerte de no estar en ese «nivel de hedonismo». No sé, pero no me parece la visión correcta del mundo… Quizás porque creo en el ser humano y en que aunque ande perdido, siempre se acaba encontrando… En serio, no me gusta nada ese tono tan pesimista y de superioridad con respecto a la sociedad… me da mucha pena
Hola laquecreeenelhombre,
No veo que la crítica sea pesimista, simplemente hace un reflejo de lo que viene a decir la película y eso es de una parte de la sociedad actual, no de toda. Al menos así lo he entendido yo…
Precisamente, yo creo que es una crítica sobre lo que la película expone: la pérdida de sentido que nuestra sociedad provoca en muchísimos jóvenes. Es terrible el drama del suicidio juvenil, por ejemplo. No sale en las noticias, pero en toda europa supera al número de muertos por accidentes de tráfico entre los adolescentes (cifras de la comisón europea). Terrible. Y la película es así, dura. Termina con un diálogo esperanzador, que habíamos omitido de la crítica, pero que he vuelto a añadir. De todas formas, lo mejor será ver la peli y luego comentarla en el Foro! jejejejej.. Saludos!