Drama romántico que no acaba de ser redondo a pesar de su final capriano. En la película hay un abierto rechazo de la frivolización del sexo y la infidelidad, pero deja siempre abierta la posibilidad de redención y perdón. El protagonista defiende sin ambages el valor del matrimonio como unión de calidad, y la necesidad de esforzarse para vivir un amor auténtico.
ESTRENO RECOMENDADO POR CINEMANET
Título original: Silver Linings Playbook
País: Estados Unidos
Año: 2012
Dirección: David O. Russell
Intérpretes: Bradley Cooper, Jennifer Lawrence, Robert De Niro, Jacki Weaver, Chris Tucker, Julia Stiles.
Guión: David O. Russell; basado en la novela de Matthew Quick
Música: Danny Elfmann
Fotografía: Masanobu Takayanagi
Distribuidora en cine: Aurum
Duración: 122min.
Género: Comedia
Estreno en EEUU: 21 de Noviembre de 2012
Estreno en España: 25 de Enero de 2013
SINOPSIS
Relata la historia del desequilibrado Pat Solitano (Bradley Cooper), que retorna a casa de sus padres (Robert de Niro y Jacki Weaver) tras pasar un tiempo en una institución mental, en la que ingresó después de descubrir in fraganti el adulterio de su mujer. A su regreso, su obsesión es reconciliarse con su esposa, pero pesa sobre él una orden de alejamiento por violento. En ésas, conoce a otra desequilibrada, Tiffany (Jennifer Lawrence), una chica viuda con problemas de ninfomanía.
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CRÍTICAS
[Mª Ángeles Almacellas – CinemaNet]
Pat Solatano sufre un transtorno bipolar no diagnosticado hasta que agredió al amante de su mujer cuando los sorprendió en pleno adulterio. Por dicha agresión sufrió una orden de alejamiento de su esposa y fue recluido en un hospital psiquiátrico. Tras ocho meses de internamiento, regresa a casa de sus padres con el único objetivo de recuperar a su ex-esposa Nikki, de la que está profundamente enamorado. Mientras está centrado en ese empeño, traba una extraña relación con Tiffany, una joven y excéntrica viuda, adicta al sexo porque no es capaz de asumir la muerte de su marido, pero con voluntad de regenerarse.
El film presenta a una serie de personajes a cual más desequilibrado, pero profundamente humanos y, en cierto modo, paradigmas de no pocas incongruencias del hombre de hoy. Pat, el protagonista, se pregunta por qué su padre, que tiene prohibida la entrada en los estadios por su probada violencia en los encuentros, goza de libertad, y a él, por un sólo arrebato de furor, contra el amante de su mujer, lo recluyeron en un sanatorio y está bajo control psiquiátrico. Además, con un fino sentido del humor, ironiza sobre la obsesión sexual de la cultura contemporánea, que, para la mirada limpia y sin prejuicios de Pat, es propia de seres degenerados.
En la película hay un abierto rechazo de la frivolización del sexo y la infidelidad, pero deja siempre abierta la posibilidad de redención y perdón. El protagonista defiende sin ambages el valor del matrimonio como unión de calidad, y la necesidad de esforzarse para vivir un amor auténtico.
Se trata de un film original y atípico, que provoca sonrisas, no pocas carcajadas y algún punto de emoción, y que mantiene la atención hasta el final, a pesar de que el desenlace es perfectamente previsible. El guión es muy inteligente, con diálogos vivaces y graciosos y situaciones divertidas. Los personajes, encarnados todos ellos maravillosamente por un buen elenco de actores, constituyen uno de los mayores méritos de la película. Jennifer Lawrence y Bradley Cooper, la pareja protagonista, están espléndidos en sus papeles. Robert de Niro está inconmensurable como padre de Pat, cargado
de supersticiones y manías. El resto de secundarios, llevan también a cabo un trabajo digno de reconocimiento.
No hay propiamente moralina en la película, pero el espectador sí acaba extrayendo una lección de vida, sobre cómo aceptar las cosas malas que nos suceden sin dejar de luchar contra las adversidades ni perder nunca la esperanza. Y, sobre todo, El lado bueno de las cosas, proporciona al espectador dos horas de solaz, risas y entretenimiento.
[Juan Orellana – Cope]
El director David O. Russell sorprendió en 2010 con The Fighter, que obtuvo dos Oscar y varias nominaciones. Ahora, escribe y dirige esta obra menor —aunque más nominada—, basada en una novela de Matthew Quick, cuyo título original —Silver Linings Playbook— alude a la frase de John Milton “Cada nube tiene un revestimiento plateado”, equivalente al refrán español “No hay mal que por bien no venga”. Relata la historia del desequilibrado Pat Solitano, que retorna a casa de sus padres tras pasar un tiempo en una institución mental, en la que ingresó después de descubrir in fraganti el adulterio de su mujer. A su regreso, su obsesión es reconciliarse con su esposa, pero pesa sobre él una orden de alejamiento por violento. En ésas, conoce a otra desequilibrada, Tiffany, una chica viuda con problemas de ninfomanía.
A partir de aquí se teje una trama de drama romántico, que no acaba de ser redonda a pesar de su final capriano. El desarrollo tiene problemas de ritmo, Bradley Cooper no acaba de convencer, y no es fácil empatizar con su personaje. Sin duda, lo mejor es la interpretación de Jennifer Lawrence, ganadora del Globo de Oro por este trabajo. La película es entretenida en su conjunto, y tiene algún momento brillante, pero no deja de ser una cinta de segunda división, que hace inexplicables sus ocho nominaciones a los Oscar, incluidas las más importantes. Por otra parte, no parece muy buena solución perdonar un adulterio perpetrando otro.
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