The Beatles y la India

Gloria Isabel Quintana

En 1942, mientras Gran Bretaña sufría el bombardeo de las tropas alemanas, en una calle de Liverpool se oía música india. Era la casa de los Harrison. Allí, a la madre de la familia le venía bien como método de relajación durante su embarazo. Aquella música intentaba, además, mitigar el estruendo de las bombas. ¿Sería ésta la conexión que en un futuro tendría George Harrison con la India?

Años más tarde, en 1956, un joven John Lennon, de tan sólo dieciséis años, fundaba en Liverpool su primera banda llamada «The Quarrymen», a la que pronto se unirían Paul McCartney de catorce años y George Harrison de trece. Nacía así la leyenda de una de las mejores bandas de todos los tiempos, «The Beatles», que cerraría el ciclo de admisiones con la llegada al grupo del baterista Ringo Starr. El pack completo.

Después de una carrera meteórica llena de éxitos en plena Guerra Fría, la banda comenzaría una serie de giras por todo el mundo hasta recalar en la India. Allí, todos se contagiarían de esa espiritualidad que envuelve al país hindú hasta el punto de que George regresaría entusiasmado a Inglaterra y con el firme propósito de aprender a tocar el sitar.

En esta primera toma de contacto, George conoce a Ravi Shankar, virtuoso músico indio que se compromete a enseñar al joven. Cuando George vuelve a Inglaterra, convence al grupo para ir a la India, donde coincidirán con un gurú (Maharishi Mahesh Yogi) que les lleva a su escuela de meditación (Ashram) en Rishikesh, al norte del país.

El grupo, junto con sus esposas y otros famosos de Hollywood como Mia Farrow o un componente de los «Beach Boys», decide emprender un camino por los recovecos de la espiritualidad que, al final, se traducirá en el lanzamiento de uno de sus mejores discos, The White Album.

Este camino, no exento de la típica polémica que envuelve a los famosos, terminará abruptamente después de casi cuatro meses en los que la «fuga espiritual» de los músicos les había permitido hallar una paz que Occidente, su materialismo y las tensiones existentes no parecían proporcionarles.

Después de unas supuestamente falsas acusaciones de delito sexual hacia el Maharashi, procedentes de un amigo y colaborador que pretendía alejarlos de su gurú, la banda tuvo la oportunidad de comprobar el amargo precio de la fama cuando el éxito llama a tu puerta. Sin embargo, ¿sería un buen maestro espiritual el tal Maharishi o estaríamos ante un farsante?

El compañerismo y la camaradería de los componentes de la banda en años sucesivos bien podrían servirnos como la respuesta que, siempre que hacemos un receso en nuestras frenéticas vidas, podemos extraer cuando las circunstancias del entorno asolan nuestras vidas.

La búsqueda de la paz interior, de la tranquilidad, la huida de lo superficial y el contacto con amigos de verdad, de esos que valen la pena, bien pueden servirnos como excusa para embarcarnos en este paseo musical por la India de la mano de los Beatles y, así, alejarnos del cotidiano y mundanal ruido a través de este fantástico documental dirigido por Ajoy Bose con la ayuda de Peter Compton.

Por desgracia, la triste realidad actual no deja de cursarnos invitaciones para, en modo válvula de escape, recordar aquellos tiempos pretéritos que, visto lo visto, bien parecen haber sido mejores desde un punto de vista musical, espiritual y humano.