Cyrano

Ana María Martínez Casamitjana

El director Joe Wright conocido por sus películas «Orgullo y prejuicio», «Expiación», y «Anna Karenina», entre otras, este año ha vuelto a destacar con su último proyecto “Cyrano” dejando clara su esencia. Ha obtenido varias nominaciones, como Oscar al mejor vestuario o Premio de Globo de Oro al mejor actor musical o cómico.

Esta vez se trata de un musical drama romántico cuya sinopsis oficial deja mucho que desear: «Película que narra la vida de Cyrano de Bergerac, novelista y dramaturgo francés del siglo XVII”. La película está basada en el musical de teatro de Schmidt de 2018 con el mismo nombre, a partir de la obra de Edmond Rostand de 1897: «Cyrano de Bergerac».

Cuenta la historia de Cyrano de Bergerac, un escritor francés que vive enamorado de su amiga de la infancia, Roxanne, y sufre de un amor no correspondido porque ella está enamorada de otra persona, Christian Neuvillette. La historia se sitúa durante la Guerra Franco-española (1635-1659).

El reparto cuenta con interpretaciones de Haley Bennett, como Roxanne; Peter Dinklage, como Cyrano; y Kelvin Harrison, como Christian Neuvillette. Cabe destacar la magnífica interpretación de Dinklage, idónea para el papel, ya que este es un hombre que padece el síndrome de enanismo en pleno siglo XVII, el cual debido a su estatura no es bien aceptado en la sociedad. Es por eso que además de interpretar a un hombre enamorado de una dama cuyo amor no le corresponde, también interpreta a un hombre inseguro sobre su aspecto, que ha sido rechazado numerosas veces y aún así es un hombre fuerte que pertenece al regimiento de la Compañía de la Guardia.

Además de la interpretación y el diálogo, ha conseguido que la música se convierta en una protagonista más de la película. Obra de Aaron Dessner y Bryce Dessner, con su melodía y letra consiguen apelar directamente a los sentimientos del espectador, logrando que este se identifique con los personajes. Aunque hay un par de veces que la música no deja contemplar en profundidad el sentimiento del personaje, pero debemos recordar que es el musical de Schmidt adaptado a la pantalla. El acompañamiento de las coreografías, las voces que la cantan, sin dudar, no podían ser otras distintas, debido a que son lo que realmente le dan el toque a la película para que impacte tanto visual como emocionalmente.

También mencionar que aunque sea una trama ya conocida, hay alguna que otra escena un tanto predecibles, sin embargo el final de esta no llega a perder su encanto y consigue crear el impacto que pretende, dejando con ganas de más al espectador.

En cuanto a aspectos técnicos, la película merece una calificación excelente. Tanto escenarios como vestuarios encajan a la perfección con la trama de la historia. Una composición de planos perfecta, con un perfecto equilibrio e iluminación.
En general, predominan los tonos cálidos, y aprovechan en los momentos de tensión para contrastar con los fríos. Y se ha podido ver que la estética en puestas en escena son muy parecidas a El gran showman.

Finalmente, recalcar el mensaje de la película que a pesar de ser un tema muy repetitivo en obras audiovisuales, es realmente necesario ya que se puede enfocar a distintas realidades a día de hoy. El hombre no solo debe luchar por su amor y no rendirse, sino que además debe aprender a prescindir de las críticas negativas que recibe de la sociedad sobre su aspecto, puesto que deja que estas influyan en su autoestima y es algo que le crea limitaciones.