Elvis (videocrítica) | Fascinante biopic del Rey

Gabriel Sales

Periodista y especialista en Comunicación y Branding digital. Cinéfilo y crítico de cine y series de televisión.

Elvis es una de esas figuras históricas que todo el mundo debería conocer, y la película que Baz Luhrmann ha creado para representar su vida musical, por tanto, es una de esas cintas imperdibles. Tanto si le has escuchado como si no, nada de lo que se dispone en el film tiene desperdicio.

El director de Moulin Rouge (2001) y El gran Gatsby (2013) aborda esta película con auténtica autoridad, dejando su sello inconfundible con una narrativa muy sobrecargada y, en este caso, tremendamente exagerada para hacer que el espectador comprenda la dimensión del artista de Memphis. Toda la película es de autor, muy Luhrmann, un orgasmo de luces, música y movimientos que potencian al máximo la imagen del solista y en ningún caso dejan indiferente a la audiencia.

Otro punto interesante es la forma de narrar la historia. Luhrmann no ha querido hacer un biopic al uso donde «todo dependa» del poder interpretativo del actor, como fue el caso de Bohemian Rhapsody (2018) con Rami Malek o Rocketman (2019) con Taron Egerton. Austin Butler hace un trabajo titánico porque baila, se expresa y hasta canta como Elvis, pero lo que termina de dar credibilidad a la historia y aumentar el peso del protagonista es el relato. Todos los elementos están así dispuestos y la atmósfera te hace respirar al mito. Dicho sea de paso, huele a Oscar para el joven intérprete californiano.

Además, es curioso porque el narrador de la historia no es otro que el coronel Parker, su representante, interpretado por un convincente Tom Hanks, que argumentalmente aparece como ‘el malo’ de la trama. Es brillante porque la narración está a la defensiva y por momentos ataca al artista, y, aun así, no deja de hacer ver la grandeza y debilidad de Elvis. Incluso hay momentos que rozan el género de suspense, pues todo el peso dramático de la narración recae en la relación del artista y su manager.

A modo de conclusión, una de las cosas que más convence es el tratamiento de la soledad del artista. Luhrmann no lo reduce a la simplicidad, sino que refleja muchos grises y gran número de decisiones que tomar. No hay buenos ni malos, sino elecciones. Obviamente, se presentan esos momentos de discernimiento acerca de la fama o la familia, que siempre está presente en el biopic. El espectador tendrá que ir encajando las piezas de la vida de Elvis, ese juguete musical maravilloso que entre todos, él incluido, fueron ahogando.