Indiana Jones y el dial del destino | Sin Spielberg no es lo mismo

Graciela Falabella

Cuando en 1981 vimos Los cazadores del arca perdida, conocimos a un antropólogo muy particular, Indiana Jones, que además de su trabajo en la universidad, se dedicaba a realizar expediciones para rescatar tesoros que habían caído en manos de los nazis.
Así comenzaba este mítico personaje interpretado por Harrison Ford, que nos deleitó con cuatro películas más, escritas por George Lucas y dirigidas por Steven Spielberg, y con la música inolvidable del laureado John Williams.

Los cazadores del arca perdida es considerada como la mejor película de aventuras del siglo XX ya que el Dr. Jones está definido en su personalidad, sus amigos y enemigos (siempre los nazis ), su humor y carácter perduró a través del tiempo y sus hazañas son espectaculares. Todos coincidimos que es una marca muy valiosa y congrega a grandes y chicos con la misma curiosidad para verla y comentarla.

Indiana Jones y el dial del destino es la quinta entrega, y la única en la que Spielberg no participa, y se nota, pues a pesar de que mantiene la estructura de todas las precuelas, es menos fluida y mucho más larga. Harrison Ford sigue siendo un héroe admirable, aunque a sus ochenta años resulte un poco difícil verlo con tanta agilidad, por eso lo acompaña Phoebe Waller-Bridge (Helena), su intrépida ahijada, que está muy bien en su rol. En un pequeñísimo papel vemos a Antonio Banderas, que como siempre se destaca y el malo es, por supuesto, un nazi, interpretado por el gran actor danés Mads Mikkelsen.

Dirigida por el conocido director de tantos éxitos, James Mangold, se nota que se sintió incómodo sintiendo el peso de tanta responsabilidad. El prólogo se lleva media hora de película y no aporta nada interesante, en el resto se encuentra el verdadero corazón de la historia y, si bien es bastante lenta, cuenta con escenas inolvidables. Además, poco antes del final, llega alguien (que no te cuento para que vayas a verla) que te llena de ternura y emoción.