Aprender a soltar | Hermoso combate del amor

Gabriel Sales

Licenciado en Periodismo, Máster en Comunicación y Branding Digital, Máster en Matrimonio y Familia y Máster en la Unión Europea. Apasionado comunicador y crítico de cine, personalista practicante y absoluto seguidor del séptimo arte más reflexivo. Cada película es una ventana hacia nuevas perspectivas y emociones, no subestimemos las historias que retan nuestro acomodo mental.

Enorme sorpresa me he llevado con Aprender a soltar, uno de los últimos estrenos que Netflix hizo en 2024. Son muchas las películas que han abordado el mismo argumento, unas cuantas con un tratamiento parecido, pero muy pocas que atinen tanto. Släpp taget es una joya del catálogo streaming que acomete la tensión matrimonial y familiar, la herida de muerte y la poderosa reconciliación, atacando los diferentes focos e iluminando desde un camino esperanzador. Es realista hasta la médula, natural como campo para sembrar y reflexiva en su cometido de profundizar hacia el amor y la pérdida.

De buenas a primeras nos encontramos con Josephine Bornebusch, que escribe, dirige y protagoniza este drama familiar de corazón ardiente. Es casi inaudito que una propuesta actual radiografíe con tanta naturalidad esas profundas cuestiones en el seno del matrimonio, desde una óptica sincera y bien intencionada, con el fin de hacer sana pedagogía sobre la unidad. En un principio pudiera parecer la habitual historia victimizadora de la esposa y madre, apagada por el transcurrir del tiempo y supuestamente justificada para un radical cambio de vida lejos de su yugo. Nada más lejos de la realidad, situamos a una Stella que padece en su afán de control los propios vicios que van contaminando de la misma manera la creciente apatía de su marido.

¿Quién es el culpable? No se trata de esto, aunque sí se reflejan fielmente las patologías del amor y los pecados cometidos. Sin embargo, solo sirven como ingredientes para un cocido esperanzador, un puente a esa comunicación truncada. Aprender a soltar enfoca con bravura las dinámicas familiares y la crisis matrimonial en una intensa y áspera road trip que recuerda en parte al diamante Mi pequeña Miss Sunshine o la interesante Prueba de fuego. Este viaje nos sumerge con tensión y momentos de humor en el volátil cóctel alimentado por las problemáticas de los padres y la educación a los hijos.

Let go crece muchísimo por las interpretaciones de Bornebusch y Hagen, siendo ambos ese rígido material destinado a fundirse en un volcán de emociones. La obra es emocionante y emocional, así como compleja en sus múltiples capas que va penetrando el relato. Asimismo, la aventurada incertidumbre está enriquecida por los jóvenes, cada cual con su situación y llamada al amor.

Släpp taget es una película que objetiviza sobresalientemente, no exenta de empatizar con cada personaje, pero siempre llamando a la reflexión sobre la innegociable importancia de los lazos familiares y la relevante virtud comunicativa entre los miembros. La vocación al encuentro es la esencia que se mantiene firme entre el vaivén de tristezas, alegrías, esperanzas y frustraciones, todos estos elementos dirigidos notablemente con genuinas situaciones creadas por la cineasta a través de la cámara.

Toca aplaudir una vez más por valientes cintas como Aprender a soltar, que abrazan sus imperfecciones artísticas por un bien mayor como es entregar su corazón al espectador. Eminentemente reflexiva, necesaria para el hoy como un ejemplo más de que el amor solo puede darse libremente entregado y recogido, pues cuanto más intentas aferrarlo, más lo pierdes.