Con el agua al cuello / Un padre en apuros

Mª Ángeles Almacellas

Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid. Crítica de cine. Miembro del Círculo de escritores cinematográficos. Directora del curso "El arte de ver películas" en la UPM. Directora de CinemaNet-Madrid.

Goodrich (título original), escrita y dirigida por una mujer (Hallie Meyers-Shyer), proyecta una mirada de mujer sobre la generación anterior de hombres que no se ocupaban de nada de la educación de sus hijos y todo se lo dejaban a la esposa. Hallie Meyers-Shyer es hija de dos grandes cineastas, Charles Shyer y Nancy Meyers, cuya influencia se deja notar en el guion de Con el agua al cuello.

El protagonista es Andy Goodrich (Michael Keaton), un sesentón, padre y marido ausente, totalmente absorbido por su trabajo de director de una galería de arte que está atravesando un momento crítico, a punto de tener que cerrar definitivamente.

Al inicio de la película, en plena noche, recibe una inesperada llamada de teléfono de su esposa Naomi (Laura Benanti), que le comunica que acaba de entrar en un centro de rehabilitación por su adicción a las pastillas y que debe permanecer noventa días ingresada, sin contacto con el exterior. Durante ese tiempo él deberá ocuparse de sus gemelos de nueve años, Billie (Vivien Lyra Blair) y Mose (Jacob Kopera).

El padre/abuelo, completamente superado por la responsabilidad, sobre la que no tiene ni la más mínima experiencia, acude a Grace (Mila Kunis), su hija mayor, fruto de un matrimonio anterior con Annie (Andie MacDowell).

Las relaciones padre-hija no son fáciles. Grace, casada y embarazada, ha sufrido la ausencia de la figura paterna y, en el fondo, le guarda un poco de rencor. A este arranque le siguen una serie de clichés repetidamente vistos en la pantalla, lo cual, junto a la música de fondo algo meliflua, transmite al espectador una cierta sensación de déjà-vu. Si bien, para darle un cierto tono de modernidad y de sometimiento a lo woke, cómo no, aparece un matrimonio gay, padres ejemplares de un niño con problemas de salud. Que no falte el buenismo políticamente correcto.

Pero Michael Keaton es un actor genial, que sabe sacar a flote la película y hacer simpático a su personaje, mientras que Mila Kunis le da una buena réplica como su hija Grace. Junto a ellos, unos secundarios que cumplen.

La película resulta una comedia agradable (lo contrario sería difícil con el elenco de buenos actores), pero poco más.