Con amor, Meghan | El amor está en los detalles

José Martín Goenaga

Cinéfilo por afición, me gusta seguir de cerca la actualidad cinematográfica para comprender mejor a la sociedad actual y valorar la idea que esta transmite sobre la persona humana y sus circunstancias.

Con amor, Meghan (With Love, Meghan) es la primera miniserie de Meghan Markle, la mujer del Príncipe Harry. Como era esperado y, en parte, merecido, las críticas negativas a esta serie no han tardado en llegar. Lo cierto es que Harry y Meghan filmaron con anterioridad una serie-documental que defendía las decisiones tomadas con respecto a la familia real británica y dónde se relataba, con demasiada exageración a mi parecer, las penurias vividas dentro de la realeza del Reino Unido. Ahora no hablamos de este documental, pero entiendo que causase mucho resentimiento y sorpresa todo lo que ahí se afirmaba. Pero, ciñéndonos a lo que nos ocupa, la realidad es que Meghan ha conseguido, bajo mi punto de vista, mostrar su imagen más amable.

La miniserie nos va mostrando, a lo largo de sus ocho episodios (de unos 40min. de duración), cómo Meghan recibe a diferentes invitados y cómo prepara con todo lujo de detalles su acogida. Desde los menús, pensando siempre en los gustos del invitado, hasta la decoracion o el aperitivo. Incluso les prepara distintos regalos realizados con gran amor y delicadeza para que cada uno se los lleve a su casa.

Teniendo en cuenta el lugar dónde ella vive (una idílica casa en California en la que mantiene un impresionante jardín donde recoge directamente la mayoría de los productos que posteriormente va a cocinar y preparar), el cuidado que ella muestra por las cosas es realmente ejemplar: la limpieza de la cocina, la atención minuciosa a las plantas y las distintas legumbres y hortalizas, la decoración de los lugares en los que recibirá a sus invitados, etc. Todo ello muestra una gran preocupación por el bienestar de sus amistades y por el cuidado de su casa, lo cual no creo que sea nada que se deba criticar sino, más bien, lo contrario.

Además, en el aspecto más culinario, pienso que llena de interesantes y creativas ideas al espectador, que puede tomar de aquí y allá para cuando tenga sus propias visitas en casa. Quizá no todo lo tenga a su disponibilidad pero la mayor parte de los ingredientes y las formas de hacer no parece que sean demasiado complicadas de llevar a cabo.

Atendiendo a la filmación, creo que está extremadamente cuidada y que se muestran todos los procesos con gran naturalidad (sé que los más críticos podrán achacarlo a muchas cosas externas pero yo sólo juzgo aquello que se ve en la serie). La relación con el equipo de filmación parece excelente y se les invita a formar parte de algunas escenas y a probar distintos platos en varios momentos.

A lo largo de la miniserie la propia Meghan explica que es consciente de la diferencia que existe entre su vida y la de la mayor parte de la gente, pero que en su situación, ella intenta ser la mejor madre y esposa que quiere dedicar a su familia y a sus hijos el mayor tiempo de calidad posible para permitirles crecer en un lugar apropiado para su educación y bienestar.

En conclusión, a mi modo de ver, y para aquellas personas que les guste ser buenos anfitriones para familia o amistades, esta miniserie es iluminadora y está realizada con una gran filmografía y, también hay que decirlo, con una elección musical realmente atractiva para quien disfrute con la música estilo soul y alegre.