The Studio | Una serie muy actual pero zafia y ausente de valores

José Martín Goenaga

Cinéfilo por afición, me gusta seguir de cerca la actualidad cinematográfica para comprender mejor a la sociedad actual y valorar la idea que esta transmite sobre la persona humana y sus circunstancias.

Se acerca la próxima ceremonia de premiación de los Emmy, los Oscar de las series de televisión. Será el día 14 de septiembre en el Peacock Theatre de Los Ángeles. Y las series y actores nominados ya son oficiales desde el 15 de julio. Estos premios van poco a poco adquiriendo más y más interés debido al inmenso auge de las plataformas de streaming. Hoy en día, el acceso a este tipo de contenido es mucho mayor que el ingreso a las salas de cine, y esto hace que las series sean más conocidas y más seguidas que hace unos años.

Pero a lo que vamos: The Studio. Pues resulta que en las nominaciones hay 2 series que han obtenido 13: Severance (Separación) y The Studio. De Separación ya tenemos las críticas de sus temporadas pero de The Studio aún estaba por hacer. Y, principalmente por esta razón, le he querido echar un vistazo a ver cómo anda el patio de los Emmy este año.

Para empezar, debo decir que no la recomendaría, pero que técnicamente se hace merecedora de nominaciones. No la recomendaría porque es zafia, está llena de tacos y de referencias sexuales desagradables, las drogas aparecen como algo aceptado y las relaciones de pareja no son ejemplares; es decir, moralmente dista bastante de los valores humanos que tratamos de fomentar desde Cinemanet.

La serie trata sobre un importante estudio de producción de películas de Los Ángeles, en el cual es nombrado un nuevo director ejecutivo que tiene que lidiar con los distintos problemas que van surgiendo y que, a través de ellos, se muestra al espectador la «realidad» de un estudio de producción en Hollywood. Aprovechan, como ya viene siendo habitual en este mundo, para reírse de sus propios defectos como industria, pero sin denostarlos del todo. El caso es que cada capítulo acaba casi por derrumbe, subiendo los niveles de acción y drama hasta que ya todo desenlaza en los segundos finales. Y esto hace que mantenga al público pegado a sus sillones y sin pestañear o, mejor dicho, sin mirar a la pantalla del móvil.

Además, la técnica usada es habitualmente de cámara al hombro, con planos cercanos que van y vienen, muy dinámica, muy de nuestro tiempo. Y a esto se le añade una banda sonora entre el jazz y el big band que no deja tranquilo a la audiencia en ningún momento, transmitiendo una sensación de ritmo sin pausa casi de contínuo, salvando alguna que otra escena a la que se le concede más pausa y reflexión.

En definitiva, es una serie hecha y preparada para el ciudadano de nuestro tiempo: rápida, dinámica, con mucho estrés, llena de fotogramas por segundo y con contenido que apela al mundo de hoy, sobre todo riéndose de los temas ideológicos y de los poderosos en la industria cinematográfica americana. Es cierto que, de vez en cuando, llega a transmitir ciertos valores más profundos, como la reconciliación, la amistad o el poner por delante a las personas; pero el ruido ambiental de tacos soeces y el ambiente degenerado de muchas escenas hace que quede oculto.

Lo dicho, una serie técnicamente muy solvente y creativa, pero que adolece de un ambiente y una moral que están a menudo en las antípodas de lo que Cinemanet propone y recomienda.